· Ciudad del Vaticano ·

Generalmente, el mundo de los no africanos se divide entre los que no han estado nunca en África y los que han vivido allí durante un tiempo. Los primeros tienen prejuicios y es, de alguna forma, inevitable porque, si no tenemos una experiencia directa, solo podemos construirnos representaciones parciales. No es algo malo siempre y cuando sean provisionales y no se interpongan como un filtro, o peor, como un muro, en la experiencia del otro. Sobre África abundan los estereotipos que van, de la fascinación del cuerpo y los lugares, al rechazo de aquel cuya alteridad se impone desde el principio como un elemento amenazante. La existencia de otro evidencia que nuestra “universalidad” no es sino un etnocentrismo encubierto.

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