MUJERES IGLESIA MUNDO

En la Mongolia cristiana

 Nella Mongolia cristiana  DCM-003
01 marzo 2025

Hay varias buenas razones para recomendar la lectura de Jésus en Mongolie de Marie-Lucile Kubacki, responsable de la firma de religión del semanario francés La Vie, corresponsal en el Vaticano y colaboradora de Mujeres, Iglesia, Mundo. Con una pluma magistral, Kubacki describe rostros y paisajes y cuenta sus descubrimientos, sus sensaciones y anécdotas en un delicado equilibrio entre sinceridad y modestia, siempre con absoluto respeto hacia todo aquello donde fija su mirada.

Mongolia fascina a Occidente desde hace siglos -y esta es la segunda razón- con sus estepas interminables que amplían el horizonte, con su historia y con su identidad, elementos que no dejaron de impresionar al viajero flamenco y fraile franciscano Guillermo de Rubruk en el siglo XIII.

Situada hoy en una posición geoestratégica entre Rusia y China, en equilibrio entre tradiciones ancestrales y alta tecnología, la “Tierra del Eterno Cielo Azul” aún lleva las cicatrices de la sovietización. Marie-Lucile Kubacki nos describe este país con gran riqueza de información. La suya no es una historia clásica de viajes.

El texto es el resultado de una investigación precisa, casi obsesiva en la verificación de hechos y fuentes. Narra, no solo, sino, sobre todo, la llegada del Evangelio a aquellas tierras tan lejanas del lugar donde nació Jesús. Porque en este país vive una pequeña y dinámica comunidad cristiana en torno a su pastor, el joven cardenal Giorgio Marengo, un hombre humilde, pero central, a quien el libro le debe mucho.

En esta investigación de campo encontramos muchos rostros femeninos, porque las mujeres, como en el Sepulcro, son las que llegan primero. Aunque sean ellas quienes pagan el precio más alto por sus decisiones, el precio de la conversión, cuando se topan con la resistencia de su entorno de origen.

Marie-Lucile Kubacki nos presenta Mongolia como en un juego de espejos, como una oportunidad para interrogarnos, nosotros, occidentales del Norte, sobre nuestras angustias, nuestras dudas y nuestra búsqueda incierta de espiritualidad. El libro no es una escapada hacia horizontes exóticos y remotos.

Es un texto que sacude e interroga con un enfoque periodístico. Nos distrae de vez en cuando del ambiente mongol para obligarnos a reflexionar sobre nuestras realidades. Preguntarnos por qué y cómo podemos ser católicos en un mundo cada vez menos católico. Mongolia aparece entonces como un pequeño laboratorio para una posible renovación cristiana. Y es legítimo preguntarnos al final de la lectura si, con su fecundidad profética, esta comunidad no es precisamente el punto desde el que volver a empezar.

de Romilda Ferrauto