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Cinco preguntas a...

Celeste Costantino: Que en las escuelas se enseñe educación emocional

 Celeste Costantino:  nelle scuole si insegni educazione all’affettività  DCM-010
31 octubre 2024

Con el calendario en la mano -lunes, martes, miércoles…- cada tres días una mujer es asesinada en Italia. No se trata de una emergencia, es algo sistemático y, como tal, hay que abordarlo. Es el llamamiento de la fundación “Una Nessuna Centomila”, la primera fundación italiana que aboga por la prevención, combate este tipo de violencia y sostiene económicamente distintos centros. Hay decenas de medidas sociales, culturales y políticas que se pueden poner en práctica con las nuevas generaciones para derribas estos estereotipos de género. Una fundamental es la educación emocional en las escuelas. Un derecho consagrado en Europa por el Convenio de Estambul que en Italia sigue inmerso en la polémica y en la dificultad por encontrar su espacio. Lo hablamos con la vicepresidenta de esta fundación, Celeste Costantino.

¿Qué es la educación emocional?

Un conocimiento que incluye pedagogía, sociología, educación sexual, psicología, educación cívica y educación en medios online. Se trata de cursos estructurados según grupos de edad. En los países que ya han introducido esta materia en el currículum escolar, se han registrado importantes mejoras en los índices relacionados con la brecha de género y el desigualdad de género en el ámbito laboral.

Le hago una objeción de muchos que aseguran que la educación de los hijos es tarea de las familias.

Son las familias las que, cada vez más, solicitan ayuda a los centros educativos porque la violencia digital ahora también forma parte de la violencia que ya conocíamos. Muchos padres no tienen herramientas para manejarla. Pensemos también en la pornografía online, en los preadolescentes expuestos a imágenes de relaciones sexuales identificadas como violaciones. En ausencia de una adecuada educación, se multiplican los riesgos.

¿Y el riesgo de ideologizar a los más jóvenes?

Le respondo con la solución. Como Fundación, queremos facilitar este tipo de formación emocional teorizando un proceso preparatorio de estructuración de este conocimiento, desde un punto de vista académico y científico. Los temores, también infundados, se alimentan precisamente de la ausencia de una ley y de una formación unívoca.

¿Pensamiento cristiano y educación emocional tienen algo en común?

Yo aseguro que sí. La verdadera cuestión es comprender si la Iglesia quiere dar un paso adelante hacia la deconstrucción de algunos estereotipos sobre las mujeres, también en cuanto al papel de las madres. Para la generación de mi padre, cambiar pañales habría sido impensable, pero ya no es así.

¿Hay interlocución con la Iglesia?

Hay realidades individuales, quizás en territorios fronterizos, que han sabido entender el enorme alcance del problema y han decidido modernizarse con una metodología educativa que da resultados. Lo que falta es un sistema, una verdadera interlocución. Como católica, espero una transformación importante.

de Carmen Vogani
Periodista y autora