Mensaje del Papa por los 100 años del periódico «Corriere dello Sport-Stadio»

Pensar y vivir el deporte como un himno a la vida

25 octubre 2024

«¡Pensar y vivir el deporte como un himno a la vida!»: lo escribe el Papa Francisco en el Mensaje, difundido el 20 de octubre, por el centenario del periódico “Corriere dello Sport-Stadio”.

Queridas hermanas y hermanos,

¡Felicidades! ¡Cien años son un hito importante, un bonito trofeo para poner en vuestra vitrina! ¡Más grande aún que el de la tirada de dos millones de ejemplares vendidos con motivo de la victoria de Italia en el Mundial de fútbol de 2006! Habéis hecho una buena carrera en estos cien años: por otro lado, entre los que han contribuido al nacimiento del periódico estaba un tal Enzo Ferrari, ¡que sabía de motores y de victorias!

Doy las gracias al director Ivan Zazzaroni por haberme enviado una bonita carta hablando del centenario del periódico, y me ha alegra estar cerca de vosotros en este día de fiesta.

Si pienso en el deporte, y en mi patria, Argentina, incluso antes de pensar en grandes instalaciones de fútbol, como la Bombonera, pienso en cuando de niños se jugaba al fútbol con una pelota hecha de trapos. Muchos campeones empezaron así, jugando con los amigos de forma despreocupada en campos improvisados entre las casas, también en contextos muy pobres. Qué bonito es experimentar el sentido de la fraternidad: se juega, y se juega juntos, y se sabe que se es adversarios solo en el campo, nunca enemigos. Se aprende la alegría por la victoria y se conoce el sudor y el compromiso que son constantes, se aprende también de la derrota, tratando de levantarse de nuevo y de aprender de los errores cometidos para intentar superarlos la próxima vez, o simplemente aceptar la propia diversidad y los propios límites: todos somos preciosos y únicos, pero no somos perfectos.

Algunos dicen que yo soy seguidor del San Lorenzo, un equipo argentino: sigue siendo un secreto, pero algo me parece bonito en la historia de ese equipo. Cuando los chicos que jugaban en la calle al inicio del siglo pasado buscaban un espacio seguro donde poder jugar al fútbol, un sacerdote descendiente de italianos, un salesiano, don Lorenzo Massa, abrió las puertas del oratorio, y allí inicio una bonita aventura. Hoy también necesitamos espacios para poder hacer deporte, sobre todo en los contextos más pobres y aislados, pero sobre todo necesitamos adultos que acojan de forma auténtica a los niños y a los jóvenes, sepan escuchar sus sueños, deseen junto a ellos un futuro mejor. Pensemos también aquí en Italia cuánto bien se ha hecho a través de los campos de las parroquias y de los oratorios, y cuántos jóvenes ahora campeones del deporte a menudo recuerdan que iniciaron en los campos de la parroquia. Vuestro periódico tiene una larga historia, y en su intención pretende abrazar a toda Italia, para los eventos deportivos que la conciernen dentro de los confines y en el extranjero: el deporte es uno de los factores que nos hace sentir un pueblo solo, como cuando nos levantamos para cantar el himno, en casa, en el estadio o en los pabellones deportivos. Qué importante es caminar unidos, sentirse parte de una única familia, y de una familia de naciones durante las olimpiadas o los campeonatos mundiales o continentales: en estos años demasiado a menudo también hemos visto a pueblos vecinos, o grupos dentro de los mismos países, levantarse armados unos contra otros. La competición del deporte es sana, porque requiere paciencia, escucha del entrenador, respeto por los adversarios, por las reglas y por los árbitros, coordinación con los compañeros: en el mundo sin embargo demasiado a menudo se busca la destrucción del adversario, establecer las reglas nosotros mismos, rechazar a quienes quieren moderar el enfrentamiento entre las partes según el derecho internacional. En este sentido, difundir una sana cultura del deporte significa hacer crecer la humanidad en sus valores más hermosos y auténticos y por esto os doy las gracias.

Aunque lamentablemente en los últimos años hemos asistido a episodios de intolerancia, que deben ser condenados, estoy seguro de que son muchos más los ejemplos en los que en el deporte se ha sido capaz de “hacer equipo”, sin que la raza, la clase, o la confesión religiosa sean obstáculos o barreras: os animo a favorecer este clima de humanidad auténtica y acogedora. Debemos rechazar toda lógica de exclusión y violencia, y por esto sabemos bien que la palabra tiene su valor, para educar al bien y a la belleza, en vez de destruir. Un artículo de periódico, también deportivo, puede hacer mucho bien, pero puede también dañar o fomentar un clima de desconfianza: ¡vosotros no seáis así, os lo pido!

A propósito de acogida y promoción humana integral: solamente por cuestiones organizativas no es posible vivir contemporáneamente las Olimpiadas y las Paralimpiadas. En las recientes ediciones en París nos hemos alegrado por muchos éxitos de chicos y chicas increíbles: para algunos de ellos la medalla de oro se la había dado la vida, por cómo han sabido vencer, gracias a la fuerza interior y a la ayuda de todos, los desafíos de la propia discapacidad. ¡Sus competiciones son un himno a la vida! ¡Que vuestro periódico cuente victorias y derrotas, pero sea una forma de pensar y vivir el deporte como un himno a la vida!

Gracias por lo que sois y por lo que hacéis. No os olvidéis de rezar por mí.

Roma, San Juan de Letrán, 19 de octubre de 2024.

FRANCISCO