La XVI Asamblea del Sínodo de Obispos ha generado un sentimiento de esperanza respecto a la posibilidad de una Iglesia más inclusiva y a un mayor papel de las mujeres en el ministerio y en el liderazgo. Las mujeres están aprendiendo que la esperanza también puede convertirse en una herramienta de opresión. Se les proporcionan suficientes migajas o pequeños cambios para dar la ilusión de progreso, pero se ignoran las quejas de las mujeres católicas. La inacción y el simbolismo preservan el status quo.
En 2021, la red global Catholic Women Speak encargó la Encuesta Internacional de Mujeres Católicas para comprender las opiniones y experiencias de las mujeres católicas y presentarlas al Sínodo. La encuesta, realizada por investigadores de la Universidad de Newcastle en Australia, ha recogido la compleja diversidad, las ideas y las preocupaciones de más de 17.000 mujeres en 104 países. La mayoría de las entrevistadas ven la necesidad de una reforma en la Iglesia y dos tercios de ellas están a favor de una reforma radical. Muchas han expresado la esperanza de que el Sínodo produzca cambios concretos.
Casi 8 de cada 10 entrevistadas se mostraron de acuerdo con la afirmación de que “las mujeres deberían ser incluidas plenamente en todos los niveles de liderazgo en la Iglesia”; dos tercios están de acuerdo en que “las mujeres deberían ser elegibles para la ordenación sacerdotal”. Sin embargo, en la segunda sesión del Sínodo no se discute el acceso de las mujeres al ministerio diaconal ni se menciona la ordenación al sacerdocio. El cambio potencial depende ahora de un próximo documento sobre el papel de la mujer en la Iglesia. Las expectativas son bajas.
Las mujeres aseguraron que, a pesar de ser responsables de gran parte del funcionamiento diario de la Iglesia, se las alienta a acercarse a los sacerdotes con temor reverencial pese a ser muchas veces rechazadas o tratadas con indiferencia. El sacerdocio ministerial no debe estar separado ni distinto del pueblo al que sirve, sino ser una representación distinta y extraña de la vida espiritual y comunitaria de la Iglesia.
de Tracy McEwan
Teóloga y socióloga de las religiones, University of Newcastle, Australia