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Angelina Grimké, abolicionista y femenista cuáquera

La fuerza de Angelina:
la radicalidad de la fe

 La forza di Angelina: la radicalità della fede  DCM-008
07 septiembre 2024

“We have turned America upside down”, es decir, “hemos puesto América del revés”.

No se trata de un eslogan de campaña para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, sino de la orgullosa afirmación de Angelina Emily Grimké, figura destacada, junto con su hermana Sarah, en la lucha por la abolición de la esclavitud y por los derechos de las mujeres.

Angelina, nacida en 1805 en Charleston, Carolina del Sur, había crecido en una familia adinerada que poseía decenas de esclavos. Es en ese ambiente familiar donde se nace en ella una oposición radical a toda forma de esclavitud, pero será en las Escrituras y en su fe, (revestida, no sin críticas y dudas, con las ropas austeras de la fe cuáquera), donde encontrará la fuerza de la radicalidad.

Hay huellas de esta radicalidad en el volumen “Obbedisco solo a Dio” (“Odebezco solo a Dios”, editado por Carla Maria Gnappi, Nerbini edizioni) que recoge el intercambio epistolar y público que Angelina Grimké mantuvo con la pedagoga y reformadora social Catharine Beecher, figura destacada también del movimiento antiesclavista y abolicionista. Sin embargo, su profunda diferencia radica en cómo lograr este objetivo. Catharine Beecher cree que solo una acción gradual, prolongada en el tiempo y “moderada”, puede poner fin a la esclavitud. Por su parte, Angelina Grimké cree que la dignidad humana, brutalmente arrebatada a quienes están esclavizados, debe ser reconocida inmediatamente y que sobre esa dignidad no se pueden hacer concesiones. Pero hay otro elemento que divide a ambas activistas y estudiosas: la cuestión de las mujeres. Si bien Beecher no pretende en lo más mínimo cuestionar el papel de la mujer, mansa guardiana del hogar y sin voz pública, para Angelina Grimké (y su hermana Sarah) la abolición de la esclavitud y la lucha por los derechos de la mujer están estrechamente relacionados.

Angelina será una tenaz defensora en estas dos batallas, basando su acción política en la fuerza que deriva de las Escrituras. Si a alguien se le quita la dignidad, la única autoridad a la que se tiene que responder es Dios, porque es de Dios y no de los dirigentes de quienes se derivan los derechos, afirma varias veces. Por tanto, obedecer a Dios significa oponerse a la injusticia.

Su modelo es la figura bíblica de Ester, la reina nacida en la esclavitud.

Angelina será revolucionaria en cada uno de sus gestos, como su llamamiento - considerado escandaloso - a las mujeres cristianas del Sur (An Appeal to the Christian Women of the South), instándolas a tomar una postura contra la inmoralidad de la esclavitud. Así, en este libro, gracias a numerosos ensayos de estudiosas y al intercambio de correspondencia, encontramos las raíces de un feminismo temprano entrelazadas con el abolicionismo y la revalorización de figuras como las de Grimké que hicieron Historia.

de Vichi De Marchi