“Poner a la persona en el centro y promover la investigación científica”: estos son los “dos aspectos esenciales de la obra” realizada por la comunidad de trabajo del Hospital “Francesco Miulli” de Acquaviva delle Fonti recibida por el Pontífice en la mañana del lunes 18 de diciembre, en la Sala del Consistorio. Publicamos, a continuación, el discurso del Pontífice.
Excelencia,
Señoras y Señores, ¡buenos días!
Les doy la bienvenida y les agradezco esta visita, que me permite encontrarme con la comunidad de trabajo del Hospital "Francesco Miulli" de Acquaviva delle Fonti. Se trata de un Ente Eclesiástico, y esto cuestiona aún más nuestra responsabilidad como Iglesia. De hecho, es un lugar que combina la inspiración cristiana con la profesionalidad y la innovación clínica y tecnológica. Quisiera centrarme en dos aspectos esenciales de vuestra labor: poner a la persona en el centro y promover la investigación científica.
Primero: poner a la persona en el centro. El vuestro es un hospital muy antiguo, fundado hace nueve siglos, como un “hospital para los pobres enfermos”, es decir, como un lugar acogedor y seguro donde los que sufren pueden encontrar refugio y ayuda. Y ustedes tratan de ser fieles al compromiso de quienes los han precedido, continuando a poner en el centro de su trabajo a "los pobres enfermos", y en ellos a Jesús, que nos dijo: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (cf. Mt 25,40).
Esto les ha convertido en una realidad dinámica y en constante crecimiento, como atestigua la forma en que actualizan constantemente tanto su asistencia como sus instalaciones, con el fin de ofrecer el servicio más completo posible a los pacientes.
De hecho, la nueva sede del hospital permite ofrecer más de 600 camas a pacientes ingresados, con quirófanos y unidades operativas, en las que trabajan con profesionalidad y abnegación más de mil empleados. He apreciado la apertura, dentro de las instalaciones, de un Ambulatorio para inmigrantes -realizado en colaboración con Cáritas Diocesana-, que cuenta con los servicios voluntarios de todo el personal médico y de enfermería. Esto es muy hermoso y atestigua el espíritu con el que llevan a cabo su servicio. Con todo esto, se puede decir que el "Miulli" es un recurso muy valioso para su territorio y también a nivel nacional.
Y llegamos al segundo punto: promover la investigación científica. Ustedes ya se dedican a ello desde hace décadas, en colaboración con numerosas universidades italianas. Desde hace dos años, sin embargo, con la acreditación del Ministerio de Universidades e Investigación, el "Miulli" se ha convertido en Policlínico Universitario y ha activado el Curso de Licenciatura de Ciclo Único en Medicina y Cirugía. Se trata de un objetivo de gran valor que, por un lado, permite a los trabajadores sanitarios presentes prestar un servicio reconocido tanto en el ámbito académico como en el sanitario en su propio territorio y, por otro, también da a las mejores inteligencias locales la oportunidad de no emigrar -la emigración es un problema que empobrece los territorios, y lo sabemos-; de hecho, puede animar a otros profesionales de alto nivel a venir a trabajar a Italia, en un enriquecedor intercambio de conocimientos sobre horizontes más amplios.
Queridos amigos, el Hospital "Francesco Miulli" puede favorecer un círculo virtuoso para una asistencia sanitaria cada vez mejor en beneficio de la comunidad y de los pacientes, cuidando al mismo tiempo la calidad del servicio y la atención a las personas. Les agradezco lo que hacen y los animo a continuar con entusiasmo en este camino. De corazón los bendigo, a ustedes y a vuestro trabajo, y les deseo una ¡Feliz Navidad! Por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias.