Escuchando un “hilo sonoro

«La verdad», dijo el Papa Francisco en la Vigilia ecuménica de oración del pasado sábado, en vista del Sínodo que inició el miércoles 4 de octubre, «no necesita gritos violentos para llegar al corazón de los hombres. A Dios no le gustan las proclamas y los alborotos, las habladurías y la confusión; Dios prefiere más bien, como hizo con Elías, hablar en el “el rumor de una brisa suave” (1 Re 19,12), en un “hilo sonoro de silencio”». Y repitió esta expresión: un hilo sonoro de silencio. De hecho, el silencio tiene un sonido, un susurro, una voz. Se trata de sintonizar con esa voz. No es fácil hacerlo en el estruendo de los sonidos de hoy, sonidos que son gritos, cotilleo, publicidad, publicaciones, vídeos, ...