Los viajes del Papa Francisco

El ecumenismo, el diálogo interreligioso, las periferias, los migrantes y refugiados. Son algunos de los temas que han marcado el pontificado del Papa Francisco, y así se ha reflejado también en sus viajes fuera de Italia. Acaban de cumplirse diez años desde su elección como sucesor de Pedro, y en esta década, el Papa ha realizado 40 viajes internacionales visitando 59 países en cuatro continentes.

Brasil fuer el primer país en recibirlo, y la ocasión fue la Jornada Mundial de la Juventud, se trataba de un destino ya previsto en el que el Pontífice argentino se encontró con la juventud de todo el mundo, alcanzando casi los 3 millones de personas en la misa de clausura en Río de Janeiro.

Después llegó el viaje a Tierra Santa, de gran significado, un viaje que realizaron también sus predecesores, Pablo vi , Juan Pablo ii y Benedicto xvi. Esta visita dejó momentos imborrables, como el abrazo en el Muro de las Lamentaciones sus amigos el rabino argentino Abraham Shorka y Omar Abboud.

El criterio que sigue el Papa Francisco a la hora de decidir qué países visitar es “no caer yo mismo en la globalización de la indiferencia”. Podría sorprender la elección de algunos destinos, o incluso la no elección de otros, pero tal y cómo él mismo ha explicado “ha elegido los más pequeños”, “conocer un poco la Europa oculta, la Europa que tiene tanta cultura, pero que no todos conocen”. Esta idea quedó reflejada en su primer viaje en el viejo continente: Albania, “país que sufrió la dictadura más cruel de la historia”, y en el que el Papa vio de cerca la “colaboración entre los musulmanes, los ortodoxos y los católicos”.

Cabe también señalar los viajes que han tenido fuerte impacto por tratarse de zonas en conflicto y en los que se registraron imágenes inolvidables de este pontificado. Pensemos por ejemplo en Irak, un viaje muy deseado por él, y la oración en Mosul por las víctimas de la guerra. O la apertura de la Puerta Santa en Bangui por el Año Jubilar de la Misericordia en 2015. Sin duda importante también su último viaje, en Sudán del Sur, escenario de tantos sufrimientos, donde estuvo acompañado por el arzobispo de Canterbury y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia

Además, son muchos los países de minoría católica que el Papa ha querido visitar y donde ha tenido un fuerte protagonismo el diálogo interreligioso. Es el caso de Marruecos, Tailandia, Japón, Baréin, o Emiratos Árabes Unidos, donde además firmó el documento sobre la “Fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” junto con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahamad al-Tayyeb. También el ecumenismo ha sido fundamental en viajes como el de Suecia, por la conmemoración conjunta Luterano-Católica de la Reforma o a Ginebra con ocasión del 70º aniversario de la fundación del Consejo mundial de Iglesias.

Por otro lado, se encuentran también las visitas más pastorales, con connotaciones más festivas y afables como la Jornada Mundial de las Familias en Dublín, las Jornadas Mundiales de la Juventud en Panamá y Polonia, en Corea con la vi Jornada de la Juventud Asiática, o Filipinas y la multitudinaria misa que se vivió en Manila, con presencia de más de 6 millones de personas. Todas ellas ocasiones en las que se pudo experimentar el entusiasmo del pueblo católico en todos los rincones de la tierra al recibir la visita del sucesor de Pedro.

Del mismo modo, ha habido ocasión para desplazamientos donde han cobrado fuerte protagonismo factores más políticos y sociales. Esto se vio en la importante visita al Parlamento y al Consejo de Europa en Estrasburgo en 2014 y a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en 2015.

Fue clave también la escala que realizó en Cuba durante su viaje con destino México. En el aeropuerto internacional José María de La Habana, tuvo lugar el encuentro privado del Papa Francisco con Kiril, patriarca de Moscú y Toda Rusia, y la firma de la Declaración conjunta.

Existes también viajes donde el perdón y la sanación de heridas históricas han sido el pilar fundamental. En este caso recordamos el viaje a Canadá, donde pudo reunirse con los pueblos indígenas o en Chile, país duramente golpeado por el escándalo de los abusos a menores por parte del clero.

Asimismo, en casi todos los viajes, el Papa Francisco ha hecho un hueco en la agenda para reunirse con sus hermanos jesuitas, con quienes comparte normalmente un encuentro privado en el que responde a las dudas e interrogantes que le plantean los presentes.

Momento culmen de cada visita apostólica es la rueda de prensa de regreso a roma en el avión en el que es acompañado por periodistas de todo el mundo. Una ocasión que el Pontífice aprovecha para hacer una valoración y una reflexión sobre los momentos fundamentales del viaje y para responder con libertad a las preguntas de los periodistas.

Rocío Lancho García