El funeral de Benedicto XVI oficiado por el Papa Francisco

«Fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto»

 «Fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto»   SPA-001
05 enero 2023

“Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz”, con estas palabras Francisco concluyó su homilía en la misa funeral del Papa emérito Benedicto xvi , fallecido el pasado 31 de diciembre a los 95 años tras casi 10 desde su renuncia al pontificado.

En una plaza de San Pedro envuelta en un manto de neblina, miles de fieles se congregaron, en la mañana del jueves 5 de enero, para participar en la misa exequial del Papa emérito Benedicto xvi y darle su último saludo. Son personas de todas las edades y nacionalidades, jóvenes, laicos, sacerdotes y también familias, monjas, grupos de Italia y Alemania, con banderas y pancartas.

El Papa Francisco llegó hacia las 9.20 horas, en silla de ruedas, y tomó lugar en el palco, dando inicio a la celebración fúnebre, concelebrada por unos 130 cardenales, 400 obispos y casi 3.700 sacerdotes. La homilía de Francisco, que leyó sentado debido a sus problemas de rodilla, comenzó con las palabras “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, que son las últimas que el Señor pronunció en la cruz según el Evangelio. Es la primera vez en la historia reciente que un Papa preside el funeral de otro Pontífice. El papa Francisco destacó la “sabiduría, delicadeza y entrega” que Benedicto xvi “supo esparcir a lo largo de los años” en la homilía de la misa funeral por el pontífice emérito. “También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confiar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida”, dijo Francisco.

Los restos mortales de Benedicto xvi fueron colocados en el centro del atrio de la plaza vaticana, tras una procesión desde el interior de la basílica y después de que este miércoles, al cierre de una capilla ardiente que han visitado casi 200.000 personas, fueran introducidos en un féretro de madera de ciprés, como manda la tradición.