El Papa Francisco ha aceptado la renuncia al cargo de Prefecto de la Secretaría para la Economía (SpE) presentada “por motivos personales” por el padre Juan Antonio Guerrero Alves, sj. La dimisión entró en vigor el jueves 1 de diciembre. Le sucede en su rol el economista Maximino Caballero Ledo, actual Secretario de la SpE, ligado a Guerrero por una larga amistad, a quien el Pontífice nombró prefecto y quien tomará posesión del cargo ese mismo día. Caballero se convierte así en otro laico que dirige un organismo de la Santa Sede.
El Papa —informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede— agradeció calurosamente al padre Guerrero “la dedicación mostrada en su servicio a la Santa Sede”. El Padre Guerrero “logró poner en orden la economía, fue un trabajo fuerte y exigente que dio muchos frutos. El Santo Padre le asegura sus oraciones”.
Coincidiendo con el anuncio, el padre Guerrero envió una carta a los empleados y colaboradores de la Secretaría para la Economía, en la que explica los motivos de su decisión: “Como saben, he sido intervenido quirúrgicamente a lo largo de este año, a consecuencia de lo cual estoy sometido a un tratamiento médico que me está produciendo ciertos efectos secundarios que me dificultan especialmente el desempeño de una tarea tan exigente como la que estoy realizando, y que requiere una eficacia física y una concentración mental mejores que las que tengo en este momento”, detalla el sacerdote.
En la carta, Guerrero hace un recorrido por los últimos tres años, explicando que se va “con tristeza, pero también con una inmensa gratitud al Señor, al Santo Padre y a todos ustedes, y con la satisfacción de que juntos hemos hecho una contribución a la reforma económica pedida” por el Papa Francisco. “Juntos, y en colaboración con otras instituciones curiales -escribe el Prefecto saliente de la SpE-, hemos ayudado al Santo Padre a dar pasos importantes en la organización económica de la Curia Romana, en la transparencia, en la credibilidad de la Santa Sede en materia económica. Hemos contribuido a tener normas más claras, pero todavía hay muchas cosas en proyecto: la centralización de las inversiones, la mayor regulación y simplificación de los procesos de contratación, para hacerlos más transparentes y ágiles; la puesta en marcha de la Dirección de Recursos Humanos, que es un nuevo reto para mejorar las condiciones y el clima de trabajo en la Santa Sede; la planificación de un mayor uso de procedimientos informáticos”.
Se entra ahora en una nueva etapa, explica Guerrero, que “requiere una persona más competente y, sobre todo, que pueda estar en la plenitud de sus energías”. A continuación, el prefecto saliente añade: “Hemos experimentado que en el proceso de reforma hay pasos hacia adelante y pasos hacia atrás, pero a medida que pasan los años vemos un progreso real. Ahora no estamos en el mismo punto en el que empezamos. En cualquier caso, sabemos que ser un órgano de control siempre implica estar en una posición incómoda para quienes son controlados. Estoy seguro de que ustedes seguirán haciendo el trabajo con humildad y con espíritu de servicio y cooperación con las demás instituciones curiales. La economía debe ser siempre servidora, nunca señora, y más aún en una institución como la Santa Sede”.