La Biblia ilustrada de Doré

La obra de la portada es una ilustración de Gustave Doré, pintor y grabador francés de gran fama en el siglo XIX, que ilustró grandes clásicos como La Divina Comedia, El Quijote, El Paraíso Perdido y La Biblia. El trabajo sobre este última ejerció una gran influencia en el arte religioso de la segunda mitad del siglo XIX, a pesar de la gran controversia. De hecho, Doré representa los objetos sagrados con significados nuevos y nunca vistos. “Por primera vez en la historia de las representaciones cristianas, las escenas de la Biblia están tan ilustradas e 'imaginadas', que pueden llegar a ofender la sensibilidad de algunos”, señalaban los expertos del museo d’Orsay. En la portada se representa a Débora, profetisa y única mujer del grupo de jueces bíblicos que habría ejercido esta función durante unos cuarenta años, desde 1160 hasta 1121 antes de Cristo, en la antigua Tierra de Israel. Su historia épica se cuenta dos veces en el Libro de los Jueces. La primera vez en prosa y la segunda en forma de cántico. Este es uno de los primeros ejemplos de poesía hebrea que se habría compuesto en el siglo XII antes de Cristo. También es uno de los primeros relatos de una mujer en un papel heroico. Porque Débora alzó la voz en los años más oscuros de la opresión de parte de los cananeos.