26 agosto 2022
Hace unos días mi mujer y yo fuimos a Siena y después de ser bombardeados por la belleza de la ciudad, por la noche, gracias a la invitación del arzobispo Paolo Lojudice, sufrimos el “bombardeo” de otro tipo de belleza. Don Paolo nos llevó a Arbia, a pocos kilómetros de Siena, a un centro de acogida para familias. Lo dirigen María y Paolo, que, con buenos modales y un gran corazón, se dan cuenta de ese bien oculto que hace que el mundo entero florezca y progrese, porque, como adivinó Tolkien, “lo que es realmente importante está siempre oculto a los contemporáneos, y las semillas de lo que ha de ser germinado silenciosamente en la oscuridad en algún rincón olvidado”.
En este rincón olvidado de la campiña sienesa, conocimos a cinco familias ...
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