La realidad de la Casa Hogar Deutschland en Colombia

Condiciones de vida más dignas en el Chocó

 Condiciones de vida más dignas  en el Chocó  SPA-023
10 junio 2022

El Chocó necesita «condiciones de vida más dignas» y confía en el apoyo del Papa «para que se logren dos objetivos fundamentales»: un acuerdo «humanitario y la solución negociada al conflicto armado, pues, de lo contrario, el sufrimiento se incrementará y cobrará muchas vidas más».

Es el grito de ayuda lanzado a Francisco por los prelados del departamento del Chocó, en Colombia, con ocasión de la audiencia la mañana del pasado 4 de junio, a los miembros de la Casa Hogar Deutschland.

En una carta – leída al Pontífice por monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, pastor de Quibdó, y firmada también por los obispos Mario de Jesús Álvarez Gómez, de Istmina-Tadó, y Hugo Alberto Torres Marín, de Apartadó — se denuncia la «dramática crisis humanitaria y de derechos humanos» experimentada por la población.

Las raíces de esta crisis, que obliga al 64% de sus habitantes a la pobreza, se hunden «en el abandono del Estado, el perverso accionar de los grupos armados, la débil implementación del Acuerdo de Paz y los intereses de diversos grupos económicos». El Pacífico colombiano, como otras regiones del país, registra «un escenario de guerra e ilegalidad que destruye la vida de personas y comunidades», subrayan los prelados.

Las misiones humanitarias realizadas por la Iglesia, la sociedad civil y algunos representantes de la comunidad internacional «visibilizaron la crisis humanitaria, económica, social y ambiental que se expresa en afectaciones concretas como el desplazamiento forzado, el confinamiento, las muertes y mutilaciones por las minas antipersonal, la amenaza a líderes y comunidades, el reclutamiento de menores, los homicidios, las extorsiones y otros crímenes».

La violencia en Quibdó, en particular, ha causado el asesinato de más de mil jóvenes en los últimos diez años, y esto «indica que en esta ciudad el promedio de homicidios esté cerca de cuatro veces por encima del promedio nacional».

De la misma manera, «el alto número de suicidios entre los jóvenes, principalmente de las comunidades indígenas, refleja el grado de desesperanza y temor que se vive en la región».