En Rabat tras las huellas de san Pablo

En oración en la gruta del apóstol de las gentes

 En oración en la gruta del apóstol  de las gentes  SPA-014
08 abril 2022

En la mañana del domingo 3 de abril, el Papa Francisco inició la segunda y última jornada del viaje a Malta visitando la Gruta de San Pablo en Rabat. En la basílica dedicada al apóstol de las gentes, el Pontífice bajó a la gruta donde, después de un momento de recogimiento privado y encender una lámpara votiva, recitó la oración que publicamos a continuación.

Dios de misericordia,

en tu admirable providencia

quisiste que el apóstol Pablo

anunciase tu amor a los habitantes de Malta,

que todavía no te conocían.

Él les proclamó tu palabra

y curó sus enfermedades.

Salvados del naufragio,

san Pablo y sus compañeros de viaje

encontraron aquí para acogerlos

gente pagana de buen corazón,

que los trató con una cordialidad

fuera de lo común,

dándose cuenta de que necesitaban

refugio, seguridad y asistencia.

Ninguno conocía sus nombres,

su procedencia o condición social;

sólo sabían una cosa:

que necesitaban ayuda.

No era tiempo para las discusiones,

para los juicios, los análisis y los cálculos;

era el momento de prestar auxilio;

dejaron sus ocupaciones

y así lo hicieron.

Encendieron un gran fuego,

y los hicieron secarse y calentarse.

Los acogieron con corazón abierto

y, junto con Publio,

primero en el gobierno y en la misericordia,

encontraron alojamiento para ellos.

Padre bueno,

concédenos la gracia de un buen corazón

que palpite por amor a los hermanos.

Ayúdanos a reconocer desde lejos las necesidades

de cuantos luchan entre las olas del mar,

golpeados contra las rocas de una costa desconocida.

Haz que nuestra compasión

no se agote en palabras vanas,

sino que encienda la hoguera de la acogida,

que hace olvidar el mal tiempo,

da calor a los corazones y los une;

fuego de la casa construida sobre roca,

de la única familia de tus hijos,

hermanas y hermanos todos.

Tú los amas sin distinción

y quieres que sean uno

con tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor,

por el poder del fuego que enviaste del cielo,

tu Espíritu Santo,

que quema toda enemistad,

y en la noche ilumina el camino

hacia tu reino de amor y de paz.

℟. Amén.

Desde la Gruta de San Pablo el Papa subió al interno de la homónima Basílica de Rabat donde, en presencia de enfermos y personas asistidas por Cáritas, recitó la oración de la misericordia que publicamos a continuación.

Oh Dios, tu misericordia es infinita

e inagotable el tesoro de tu bondad,

acrecienta benigno la fe del pueblo a Ti consagrado,

para que todos comprendan con sabiduría

qué amor los ha creado,

qué Sangre los ha redimido,

qué Espíritu los ha regenerado.

Por Jesucristo nuestro Señor.

℟. Amén.