Luz y esperanza para un mundo fragmentado y falto de armonía

“Basta ser mujer para caérseme las alas”, escribió hace más de cinco siglos la monja, escritora, doctora de la Iglesia y fundadora de las Carmelitas Descalzas santa Teresa de Ávila (Ávila, 1515), también conocida como Santa Teresa de Jesús. Lectora empedernida, mística, destacó como reformadora de la Iglesia católica. Como ella, otras mujeres cultas y libres, como Catalina de Siena (Siena,1347); Teresa de Lisieux (Alençon, 1873); Hildegarda de Bingen (Bermersheim, 1089); Teresa Benedicta de la Cruz (Wroclaw, entonces en Alemania, ahora en Polonia, 1891) y Brígida de Suecia (Finsta, 1303), que no tuvieron miedo de seguir su vocación, marcaron el paso de la Institución con valentía, amor, ternura y algo de rebeldía. Sus figuras y ...