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Las salesianas, en primera línea

 Le salesiane soldati semplici  DCM-012
30 diciembre 2021

Religiosas valientes y desconocidas: historias del carisma


La hermana Clotilde Morano enseñó educación física a otras religiosas durante el fascismo, como alternativa a los dictados del régimen, aunque este se apropió de sus indicaciones y ejercicios publicados en distintos textos didácticos. En Eslovaquia, bajo el comunismo, sor Mária Cernà siguió promoviendo en secreto las vocaciones de las jóvenes y, por ello, conoció el infierno del campo de concentración. En España, antes de tomar el hábito, sor Virginia Ferraro Ortí fue parte del sindicato de las costureras. En Italia, en Lombardía, sor Iside Malgrati fundó el Liceo Europeo de Cinisello Balsamo para impulsar una formación profesional de vanguardia de la mujer. Y en India, la hermana Nancy Pereira trabajó para garantizar que el empoderamiento de las mujeres a través de microcréditos, una herramienta útil para escapar de la explotación y, en muchos casos, de la esclavitud.

Todas ellas son valientes y desconocidas protagonistas de la realidad salesiana a cuyas figuras está dedicado el volumen Volti di uno stesso carisma – Salesiani e Figlie di Maria Ausiliatrice nel XX secolo (Rostros del mismo carisma - Salesianos e Hijas de María Auxiliadora en el siglo XX) editado por Francesco Motto y Grazia Loparco para la Asociación de Culto a la Historia Salesiana (Las-Roma). La publicación son 832 páginas apasionantes y escrupulosamente documentadas que giran en torno a 48 biografías de religiosos y religiosas que, aun sin ocupar altos cargos en la organización, se distinguieron por haber desarrollado el carisma salesiano en la vida cotidiana. Y las Hijas de María Auxiliadora están en primer plano.

“Todos los protagonistas del libro están unidos por el carisma educativo expresado en diferentes contextos históricos, ambientales, culturales o políticos”, explica sor Grazia Loparco, historiadora que ha coordinado la investigación entre las Hijas de María Auxiliadora de todo el mundo. La intención fue descartar a los personajes ilustres y protagonistas de la historia institucional como sus beatos, siervos de Dios, rectores mayores o superiores generales para centrarse en cambio en “los soldados rasos”, es decir, en aquellas personas que han desarrollado su labor en silencio, lejos de cualquier atención, viviendo los ideales salesianos de manera intensa en condiciones muchas veces adversas. “Pedimos a salesianos de los cinco continentes que nos hablaran de figuras significativas de su país y, una vez recibidos los perfiles, los editores elegimos aquellos cuya documentación fehaciente existía más allá del elogio verbal porque el libro se compone de reconstrucciones históricas”, explica Loparco.

Una historia llamativa es la de sor Clotilde Morano (1885-1963) que trabajó en un ámbito un tanto insólito para una monja, el de la educación física. Era piamontesa y se guiaba por el mens sana in corpore sano. Durante el fascismo, esta Hija de María Auxiliadora creó cursos en educación física para formar a las monjas como maestras. En ese momento, las religiosas estaban obligadas a ejercitarse como las laicas de acuerdo con el enfoque militar del régimen. También debían vestir la ropa adecuada para ello lo que les provocaba una gran vergüenza. La hermana Morano también escribió libros y llevó adelante sus ideas aun a costa de chocar con sus superioras. Siempre encontró apoyo en una colaboradora laica, Luisa Larese Cella, y su historia llegó a interesar al mismo Papa Pío XI. El fascismo acabó copiando sus ideas y sus ejercicios.

Otra protagonista del libro, sor Mària Cernà (1928-2011) tuvo una vida muy dura, pero fue fundamental para el renacimiento del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en Eslovaquia bajo el comunismo, cuando las órdenes religiosas no podían existir oficialmente. No tenía cualificación como formadora, pero, en secreto, dirigió a muchas jóvenes en el camino de la vocación. Y, a pesar de su mala salud, como muchos otros religiosos, fue enviada a un campo de concentración condenada a trabajos forzados. Su obra, creada con la hermana Vilma Sutkovà, fue la base para la reconstrucción del Instituto en Eslovaquia tras la caída del comunismo en 1989.

En la vida de sor Virginia Ferraro Ortì (1894-1963), su activo compromiso social como laica precedió a su consagración. Costurera valenciana, Virginia se afilió a un sindicato para luchar contra la explotación en su gremio. Al tomar los hábitos, pasó a ser directora de un colegio en Valverde del Camino que tuvo que defender ante las autoridades durante los años de la Guerra Civil española. En un contexto de dificultad y miseria, promovió la formación de las niñas más pobres. Y como las otras protagonistas del libro, gracias a su enorme confianza en la Providencia pudo ser siempre generosa.

de Gloria Satta