«Tenemos que superar la pandemia y lo haremos en la medida en que seamos capaces de superar las divisiones y unirnos en torno a la vida»: lo subraya el Papa Francisco en el mensaje enviado a los fieles brasileños con ocasión de la tradicional Campaña de fraternidad promovida por la Conferencia de los obispos del país latinoamericano en el tiempo de Cuaresma. Alcanzada la 58ª edición, la quinta de la marcada connotación ecuménica, la iniciativa caritativa este año tiene por tema «Fraternidad y diálogo: compromiso de amor» y como lema el pasaje de la Carta a los Efesios «Cristo es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno» (2, 14). Publicamos, a continuación, el mensaje pontificio.
Queridos hermanos y hermanas de Brasil:
Con el inicio de la Cuaresma, estamos invitados a un tiempo de intensa reflexión y revisión de nuestras vidas. El Señor Jesús, que nos invita a caminar con Él por el desierto hacia la victoria pascual sobre el pecado y la muerte, se hace peregrino con nosotros también en estos tiempos de pandemia. Nos convoca e invita a rezar por los que han muerto, a dar gracias por el servicio desinteresado de tantos profesionales de la salud y a fomentar la solidaridad entre las personas de buena voluntad. Nos llama a cuidar de nosotros mismos, de nuestra salud, y a preocuparnos los unos por los otros, como nos enseña la parábola del Buen Samaritano (cf. Lc 10,25-37). Tenemos que superar la pandemia y lo haremos en la medida en que seamos capaces de superar las divisiones y unirnos en torno a la vida. Como he indicado en la reciente encíclica Fratelli tutti, «pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta» (n. 35). Para que no sea así la Cuaresma nos es de gran ayuda, ya que nos llama a la conversión mediante la oración, el ayuno y la limosna.
Como es tradición desde hace varias décadas, la Iglesia en Brasil promueve la Campaña de Fraternidad como una ayuda concreta para vivir este tiempo de preparación a la Pascua. En este año 2021, con el tema «Fraternidad y diálogo: compromiso de amor», se invita a los fieles a «sentarse a escuchar al otro» y superar así los obstáculos de un mundo que a menudo es «un mundo sordo». De hecho, cuando nos disponemos a dialogar, establecemos «un paradigma de actitud receptiva, de quien supera el narcisismo y recibe al otro» (ibíd., n. 48). Y, en la base de esta renovada cultura del diálogo está Jesús que, como enseña el lema de la Campaña de este año: «Es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno» (Ef 2,14).
Por otra parte, al promover el diálogo como un compromiso de amor, la Campaña de Fraternidad nos recuerda que los cristianos son los primeros que tienen que dar ejemplo, empezando por la práctica del diálogo ecuménico. Con la certeza de que «tenemos que recordar siempre que somos peregrinos, y peregrinamos juntos», en el diálogo ecuménico podemos realmente «confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas, y mirar ante todo lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios» (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 244). Es, por tanto, un motivo de esperanza que este año, por quinta vez, la Campaña de Fraternidad se lleve a cabo con las Iglesias que forman parte del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC).
De este modo, los cristianos brasileños, en fidelidad al único Señor Jesús que nos dejó el mandamiento de amarnos los unos a los otros como él nos amó (cf. Jn 13, 34) y a partir «de la valoración de cada persona humana como criatura llamada a ser hijo o hija de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad» (Carta Encíclica Fratelli tutti, n. 271). La fecundidad de nuestro testimonio dependerá también de nuestra capacidad de dialogar, de encontrar puntos de unión y de traducirlos en acciones a favor de la vida, especialmente de la vida de los más vulnerables.
Deseándoos la gracia de una fructífera Campaña de Fraternidad Ecuménica, os envío a todos y cada uno de vosotros mi bendición apostólica, pidiéndoos que no dejéis de rezar por mí.
Roma, San Juan de Letrán, 17 de febrero de 2021.
Francisco