Presentada la IV Jornada mundial de los pobres que se celebra el 15 de noviembre

No solo víveres sino manos y corazón

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12 noviembre 2020

Cinco mil paquetes de víveres serán distribuidos a las familias necesitadas de sesenta parroquias romanas con ocasión de la IV Jornada mundial de los pobres, que se celebra el domingo 15 de noviembre. Lo anunció el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización, durante la presentación del evento, que este año tiene por tema «Tiende la mano al pobre» (Sir  7, 32).  En el encuentro - retransmitido en directo desde la sala de prensa de la Santa Sede en la mañana del jueves 12 - participó también el subsecretario del dicasterio, monseñor Graham Bell.

Distintos tipos de alimentos de primera necesidad serán entregados a las familias: pasta, arroz, salsa de tomate, aceite, sal fina y gorda, harina, café, azúcar, mermelada, atún, galletas y chocolate. La iniciativa ha sido realizada con la ayuda de Roma Cares y gracias a la generosidad de Elite supermercados. El envasado y distribución de estos paquetes ha sido posible gracias al compromiso de un grupo de veinte jóvenes actualmente sin empleo. Asimismo, la fábrica de pasta La Molisana ha donado 2,5 toneladas de pasta, que se destinarán a diversas casas de acogida y asociaciones benéficas. Sin olvidar el apoyo de la Société des Centres Commerciaux Italia y de la fundación Robert Halley, que han querido sostener las iniciativas del Papa «con su generosidad a favor de muchos pobres presentes en la ciudad».

Además, la limosnería apostólica está ofreciendo la posibilidad a los pobres que acceden a los albergues y a aquellos que quieren volver a su país, de realizar test del Covid-19, en el ambulatorio bajo la columnata de San Pedro. La estructura, que está abierta de 8 a 14, en dos semanas ha realizado una media de 50 test al día.

Gracias a la ayuda de seguros UnipolSai, se ha «enviado un primer bloque de 350.000 mascarillas quirúrgicas, para al menos 15.000 estudiantes de diferentes grados escolares, especialmente en la gran periferia de la ciudad, para ser de nuevo un apoyo a las familias». Este signo quiere ser también una invitación «a los jóvenes estudiantes para que no subestimen los riesgos de la pandemia sobre todo con comportamientos que podrían perjudicar a las personas ancianas una vez que regresen a la familia».

En estos meses «en los que el mundo entero ha estado como abrumado por un virus que ha traído dolor y muerte, desaliento y desconcierto — constató el prelado —  ¡cuántas manos tendidas hemos podido ver!»: manos que «han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo». Una vez más, dijo el arzobispo, el Papa Francisco ha tendido su mano con varias iniciativas para hacer concreta y más eficaz esta jornada, que tiene como momento fuerte precisamente la misa presidida por el Pontífice a las 10, en la basílica vaticana. Será retransmitida en directo en Rai 1, Tv2000, Telepace y sobre todas las emisoras católicas del mundo conectadas al Dicasterio de la comunicación, y en directo en la web de Vatican News. Estarán presentes de forma simbólica en San Pedro solo 100 personas, representando a todos los pobres del mundo que, en ese día, «necesitan especialmente la atención y la solidaridad de la comunidad cristiana, además de los voluntarios y benefactores». Respetando las normas vigentes a causa de la pandemia del Covid-19, este año no se colocará el ambulatorio médico en la plaza de San Pedro ni la comida con 1.500 pobres junto con el Papa en el Aula Pablo VI.

Todas estas iniciativas, aunque limitadas por la pandemia, muestran cómo la Jornada Mundial de los Pobres sigue siendo una cita a la que las diócesis de todo el mundo miran «para mantener vivo el sentido de atención y fraternidad hacia las personas más marginadas y desfavorecidas».

El subsidio pastoral que se ha preparado, explicó monseñor Fisichella, «puede considerarse un instrumento eficaz para que la Jornada no se limite sólo a las iniciativas caritativas, sino que éstas sean sostenidas por la oración personal y comunitaria». Como cada año, además de la edición italiana impresa por Ediciones San Paolo, el subsidio ha sido traducido a cinco idiomas (inglés, francés, portugués, español y polaco) y las versiones relativas están disponibles online en la página web del Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización (pcpne.va).