Reapertura de los locales reestructurados tras siete meses de venta en los contenedores provisionales

Una misión de servicio y caridad para la Farmacia Vaticana

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01 agosto 2020

Los locales de la Farmacia Vaticana se renuevan. Después de siete meses de actividad en estructuras provisionales ubicadas detrás del edificio del Belvedere, desde el lunes 3 de agosto se vuelve a los tradicionales puntos de venta. Y los clientes se encontrarán frente a un rediseño completo de los espacios.

Se han reemplazado los suelos, el techo, la iluminación, se han colocado otros cuatro toboganes para la distribución de medicamentos a través de robots Bd Rowa. De esta manera, se ha alcanzado el número de seis puertas automáticas, desde las cuales los tres robots hacen llegar los productos al farmacéutico que lo solicita en solo 8 segundos, tal y como lo ha explicado el director de la farmacia, el religioso de la Orden hospitalaria de san Juan de Dios, el hermano Binish Thomas Mulackal.

Y esta es solo una de las muchas innovaciones introducidas con los recientes trabajos de reestructuración. En particular, además de la automatización de la venta se ha activado también el “smartiKette”. Se trata de un indicador completo de todo lo que se refiere el producto: basta con encuadrarlo y con un simple click del móvil se ilustran todos los detalles. Se han instalado también escaparates virtuales con pantallas conectadas a ordenador, de modo que se pueden visualizar las medicinas y los integradores y tener más espacio detrás del mostrador de venta. También se han eliminado las tradicionales cajoneras para los medicinas para tener más sitio a disposición.

Las obras, que se han realizado en la óptica de una gestión compatible con la ecología, han sido necesarias para poner en norma los sistemas técnicos y consentir la optimización de los espacios. En primer lugar, por tanto, la Farmacia Vaticana ofrece un ambiente más acogedor al visitante y permite al farmacéutico ofrecer un servicio eficaz. Se ha prestado mucha atención a la estética de los interiores y se ha tratado de utilizar equipos, muebles, estanterías, suelos, accesorios e iluminación sostenibles desde el punto de vista ambiental. En particular, la adopción de aparatos de alta eficiencia energética no solo ayudará a reducir la contaminación, sino que consentirá significativos ahorros energéticos.

Sin olvidar que la misión de la Farmacia Vaticana es la de contribuir  a la salud del cuerpo y dar esperanza a los que sufren, también a través de la disponibilidad a la escucha. En primera línea, de hecho, están los farmacéuticos que con su profesionalidad permiten un uso seguro, eficaz y racional de los productos. Es decir garantiza que cada paciente reciba la medicina adecuada en el momento adecuado, junto al consejo más apropiado.

También se ha renovado la página web de la Farmacia Vaticana para asegurar la posibilidad de controlar el estado de los productos pedidos aún pendientes. Otro elemento innovador, la adopción de un sistema de eliminar colas en tiempo real.

Ciertamente, la pandemia de covid-19 ha acelerado la optimización de espacios. Por otro lado, el edificio del Belvedere en el que se encuentra no era una estructura creada para albergarla, por lo que debido a la antigüedad de los locales era necesario intervenir.

Actualmente la farmacia ocupa globalmente una superficie de 1.000 metros cuadrados divididos en varias zonas, entre las cuales una gran sala habilitada a la venta, los almacenes subterráneos, las oficinas y la sección de cosmética. Se gestionan unas 40.000 referencias (fármacos, parafármacos, integradores y productos de higiene y dermocosmética), empleando 65 trabajadores, además de los promotores de las empresas que colaboran en el departamento de cosmética.

Este equipo de farmacéuticos, hermanos de san Juan de Dios, almacenistas y personal administrativo, como un gran familia, se ocupa cotidianamente de la acogida y del servicio de las 2.000 personas que acceden, mitad de la cual proceden de fuera del Estado de la Ciudad del Vaticano. No es la primera vez que la Farmacia se renueva. Desde su nacimiento en 1874 se han efectuado varias intervenciones y arreglos de los locales.

La última gran ampliación se remonta a 1989, pero en los últimos tres años se habían renovado el almacén (2017-2018), las oficinas de la administración y la sección de cosmética (2018-2019) y, finalmente, la sala del punto de venta (2019-2020).

de Nicola Gori