Nuevo llamamiento a un alto el fuego global para dar asistencia humanitaria a los enfermos de covid-19
El Papa sigue «con preocupación el agudizarse, en los días pasados, de las tensiones armadas en la región del Cáucaso, entre Armenia y Azerbaiyán»: lo indicó al finalizar el Ángelus del 19 de julio, deseando que se alcance «una solución pacífica duradera, que se preocupe por el bien de esas amadas poblaciones» y lanzando un nuevo llamamiento — «en base de una reciente Resolución del Consejo de Seguridad» de la Onu — a «un alto el fuego global e inmediato, que permita la paz y la seguridad indispensables para proveer la asistencia humanitaria necesaria... en este tiempo en el que la pandemia no muestra signos de detenerse». De aquí el asegurar la propia «cercanía a los que están afrontando la enfermedad y sus consecuencias económicas y sociales» y un pensamiento particular para «esas poblaciones cuyos sufrimientos se agravan por situaciones de conflicto». Asomándose a medio día desde la ventana del estudio privado del Palacio apostólico vaticano, antes de recitar la oración mariana con los fieles presentes en la plaza de San Pedro - respetando las medidas de seguridad adoptadas para evitar la difusión del contagio del covid-19 - y con los que lo seguían a través de los medios de comunicación, el Pontífice también ofreció la habitual reflexión sobre el Evangelio del domingo, comentando la parábola de la cizaña, a través de la cual, explicó «Jesús nos hace conocer la paciencia de Dios, abriendo nuestro corazón a la esperanza».