En el Hospital Infantil Niño Jesús (Bambino Gesù) de Roma se realizó una intervención sin precedentes: tres operaciones, la última de las cuales duró 18 horas, y un equipo de más de treinta médicos y enfermeros. La operación condujo con éxito a la separación de dos gemelas siamesas.
Las hermanas, que llegaron a Roma desde la República Centroafricana, nacieron unidas por la nuca y por lo tanto con el cráneo y la mayor parte del sistema venoso en común. La operación se remonta al 5 de junio, pero se ha anunciado recientemente: poco más de un mes después de la operación, de hecho, las dos pequeñas, Ervina y Prefina, están bien y los controles postoperatorios indican que el cerebro de ambas está intacto y el sistema nervioso funciona bien. En este momento están todavía ingresadas en la sección de neurocirugía del hospital infantil: las heridas tardarán un tiempo en curarse y el riesgo de infección sigue presente, informan los médicos, pero mientras tanto pudieron celebrar su segundo cumpleaños, el 29 de junio, mirándose finalmente a los ojos. «Nunca he ido a la escuela pero espero que mis niñas estudien medicina y traten a otros niños», ha dicho Erminia, la madre de las gemelas.
Como se explicó en una conferencia de prensa en el hospital, todo comenzó en julio de 2018 cuando la presidenta del Niño Jesús, Mariella Enoc, en una misión a Bangui, conoció a las gemelas recién nacidas y decidió traerlas a Roma en septiembre de 2018 para darles una mayor posibilidad de sobrevivir. Ervina y Prefina tenían una conformación muy rara entre los gemelos siameses: craneoágicos totales, es decir, unidos a nivel craneal y cerebral. Aunque tenían muchas cosas en común, siempre mostraban personalidades diferentes y se utilizaba un sistema de espejos para darlas a conocer y reconocerlas incluso antes de la intervención. Para separarlas, se creó un grupo especial multidisciplinario que estudió y planificó cada detalle con las más avanzadas herramientas de diagnóstico por imágenes, reconstruyendo la caja craneal de las niñas en 3D.
La parte más difícil fue la red de vasos sanguíneos del cerebro compartida en varios lugares, porque la cirugía en esas zonas presenta un alto riesgo de hemorragia e isquemia. Por esta razón los médicos decidieron proceder en 3 fases, para reconstruir dos sistemas venosos independientes, capaces de contener la carga de sangre que va del cerebro al corazón. Así pues, la primera operación se realizó en mayo de 2019, la segunda en junio de 2019 y la tercera en junio de 2020 con la separación definitiva, que se llevó a cabo con éxito. Un equipo de más de 30 doctores, cirujanos y enfermeras trabajaron en la sala de operaciones.
«Hemos gestionado una situación rara en el contexto de una malformación muy rara en sí misma», explicó Carlo Marras, jefe de la Unidad de Neurocirugía del Niño Jesús. «La peculiaridad aquí fue el punto de contacto en el cráneo, que involucró importantes estructuras venosas. Pero en nuestro hospital hay una escuela de cirugía en gemelos siameses y esta cirugía es la evolución de otros casos tratados». Después del camino de la neurorehabilitación, Ervina y Prefina tendrán que usar un casco protector durante unos meses y continuar su rehabilitación antes de que puedan comenzar su nueva vida, que podrán vivir normalmente.