· Ciudad del Vaticano ·

MUJERES IGLESIA MUNDO

Tres películas reflejan la fuerza de las mujeres en Oriente Medio

Voces libres bajo el velo

 Voci libere sotto il velo  DCM-007
05 julio 2025

En los últimos veinte años, numerosas películas han ofrecido una imagen de la condición de la mujer en Oriente Medio destacando su anhelo de libertad y emancipación en el contexto de la cultura y la religión islámicas. Entre ellas, La bicicleta verde, Persépolis y El pan de la guerra - The Breadwinner ofrecen distintas ideas para la reflexión.

La bicicleta verde

Determinata, la giovane protagonista inizia la sua coraggiosa battaglia: decide di partecipare a una gara di recitazione coranica, il cui premio è una somma considerevole. La madre costituisce una presenza importante per il cammino di Wadjda. A differenza della figlia, sembra non aver mai avuto il desiderio di infrangere le regole. Preoccupata per l’audacia della figlia, allo stesso tempo ne ammira lo spirito trasgressivo.

La película de Haifaa Al-Mansour de 2012 es revolucionaria en sí misma porque es el primer largometraje realizado íntegramente en Arabia Saudita y la primera película en la historia del país dirigida por una mujer. La heroína de la película es Wadjda, una chica vivaz de temperamento rebelde. Vive a las afueras de Riad entre una madre resignada con dolor a las tradiciones locales y un padre a punto de casarse por segunda vez.

Apasionada por el rock, a diferencia de las demás chicas, viste vaqueros y zapatillas deportivas y sueña con comprarse una bicicleta ecológica. Es un atrevimiento ya que para una mujer saudí montar en bicicleta es provocador, incluso blasfemo; además, no tiene suficiente dinero. Decidida, la joven protagonista emprende su valiente batalla y decide participar en un concurso de recitación coránica, cuyo premio es una suma considerable. Su madre es una presencia importante en el viaje de Wadjda. A diferencia de su hija, parece que nunca ha deseado romper las reglas. Está preocupada por el ímpetu de su hija, pero, al mismo tiempo admira su espíritu transgresor.

La película es delicada y refinada, tanto en la representación de los personajes femeninos como en la de los masculinos, perfilados con gran sensibilidad. La situación de los hombres es evidentemente más envidiable que la de las mujeres y sus actitudes demuestran su poca consideración. Sin embargo, más que déspotas agresivos, parecen condicionados por las reglas de una sociedad patriarcal, víctimas de un sistema social arraigado que les hace incapaces de actuar de forma distinta. Desde esta perspectiva resulta interesante la figura de Iqbal, el conductor que lleva a la madre de Wadjda al trabajo. Grosero y antipático, se beneficia en cualquier caso de circunstancias atenuantes. A lo largo de la película, somos testigos de su sufrimiento como trabajador inmigrante obligado a dejar a su familia para ganarse la vida. Por eso, no ha visto a su hija en varios años. La dimensión religiosa también se aborda con delicadeza. Wadjda, a pesar de su falta de pasión por la religión, se inscribe en un concurso de recitación coránica organizado en su escuela. El Corán se convierte en un trampolín y los versos cantados por la joven protagonista resuenan con dulzura y melodía, portadores de una auténtica belleza.

También es interesante es el énfasis particular en el color verde, que ocupa un lugar singular en la cultura islámica. Según diversas tradiciones, el verde es el color del manto y el turbante de Mahoma. Además, el Corán afirma que los habitantes del paraíso vestirán ropas verdes de la seda más fina. ¿Por qué no ver el verde de la bicicleta soñada por Wadjda como un horizonte de esperanza para la protagonista y para la condición de las mujeres en algunos países de Oriente Medio?

Persépolis

Ganadora del Premio del Jurado en Cannes en 2007, la película de animación “Persépolis” es la adaptación de la novela gráfica autobiográfica homónima de Marjane Satrapi, publicada en Francia en cuatro volúmenes entre 2000 y 2004. Al igual que el cómic en el que se basa, la película es una evocación conmovedora y reveladora del Irán de los años 80 y 90, vista a través de los ojos de una joven. Relata la huida del Sha de Persia, la guerra entre Irán e Irak, la llegada de la protagonista a Viena y los años de extrema soledad que le siguieron. Su estilo visual puede definirse como “realismo estilizado”, por el tipo de dibujo fiel a la realidad. Sin embargo, también cuenta con elementos oníricos. El mundo de los sueños irrumpe en los gráficos realistas y ofrece una perspectiva poética de la escena. En este sentido, a diferencia del cine real, el cine de animación privilegia la integración de “epifanías”, instantes que parecen transfigurar la realidad y que desdibujan los límites entre el espacio cotidiano y el lugar sagrado. Un ejemplo de ello son los tres breves diálogos con Dios, momentos fugaces pero significativos a lo largo de la película. Dios, una presencia tranquilizadora, que muestra el verdadero significado de la justicia y anima en las dificultades sin salida aparente, es la persona a quien podemos expresar nuestra ira ante el sufrimiento injustificado.

En general, la película, una evocación de un (traumático) despertar a la vida, tanto íntimo como político, es un himno a la libertad y a los valores más humanos, sofocados por el fundamentalismo político-religioso de Teherán y por la Viena liberal. Al igual que en “La bicicleta verde”, una figura femenina familiar es un punto de referencia importante en la trayectoria formativa de la protagonista: en Persépolis es la Abuela, una anciana vivaz y divertida con su descarada actitud antisistema. En general, la película, una evocación de un (traumático) despertar a la vida, tanto íntima como política, es un himno a la libertad y a los valores más humanos, sofocados tanto por el fundamentalismo político-religioso de Teherán como por la Viena liberal. Al igual que en “La bicicleta verde”, una figura femenina familiar es un punto de referencia importante en la trayectoria formativa de la protagonista: en “Persépolis” es la Abuela, una anciana vivaz y divertida con su descarada actitud antisistema.

El pan de la guerra - The Breadwinner

En la película de animación “The Breadwinner” (2017), la protagonista es una niña de Kabul que lucha por mantener a su familia bajo el régimen talibán (1996-2001). Coproducida por la actriz Angelina Jolie y nominada al Óscar, está basada en un libro infantil de la escritora canadiense Deborah Ellis. Es el primer largometraje de la directora irlandesa Nora Twomey.

La película narra la historia de una niña en su camino hacia la edad adulta. Parvana aprende a abrirse camino en un mundo donde ser mujer es sinónimo de sumisión. Cuando su padre, el único hombre adulto de la familia, es arrestado injustamente, ella decide disfrazarse de hombre para tener la libertad que necesita y ayudar a su familia. A lo largo de la historia, el mundo de Parvana se expande desde su hogar hasta el barrio y luego a la ciudad. Junto con su amiga Shazia (también vestida de chico para caminar hacia la libertad), las jóvenes se dan la oportunidad de ser dueñas del mundo entero. Al salir solas de casa, aprenden a ser ellas mismas. Al mismo tiempo, la madre de Parvana encontrará la fuerza y​​el valor para afirmar su dignidad inexpugnable.

Una de las joyas de la película es la legendaria historia de Solimán contra el Rey Elefante, que interrumpe regularmente el relato de la heroína, reflejando su búsqueda. La lucha de Solimán contra la fuerza bruta y la oscuridad del Rey Elefante simboliza la lucha de Parvana contra la violencia y el oscurantismo. En el relato de Solimán, al igual que en “Persépolis”, el realismo caricaturesco —reservado para las secuencias argumentales ambientadas en Kabul— da paso a otro estilo. Haciendo uso de la estética de los tapices persas tradicionales, las imágenes de la historia de Solimán evocan la atemporalidad del relato y, al mismo tiempo, hacen tangible su poder espiritual, una contribución intangible pero necesaria para afrontar la realidad cotidiana.

Las tres películas presentan, cada una a su manera, el viaje de tres jóvenes mujeres hacia la afirmación de su incorruptible dignidad humana. Y en ninguna de las tres películas hay esquematismo, es decir, no hay “Bien” (representado por mujeres) ni “Mal” (representado por hombres). Además, con aperturas espirituales a múltiples niveles, estas películas abordan la dimensión interior y la búsqueda de sentido de cada persona. Finalmente, en ningún caso se ataca a la religión musulmana ni al Dios de Mahoma. Es el fundamentalismo religioso el que se pone en tela de juicio.

de Piero Loredan
Jesuita, estudiante de teología en París en la Facultés Loyola