· Ciudad del Vaticano ·

Jubileo de las Cofradías

La “Procesión mayor” y la devoción popular

 La “Procesión mayor”  y la devoción popular  SPA-007
05 junio 2025

«¡Un saludo a los peregrinos venidos con ocasión del Jubileo de las Cofradías!»: con estas palabras añadidas al texto preparado, León XIV se dirigió así durante la misa del inicio del ministerio petrino a los participantes del Jubileo de las Cofradías. En los días anteriores unas cien mil personas llevaron por las calles de Roma los símbolos de una devoción popular que tiene sus raíces en siglos de historia.

Y entre los doscientos mil fieles que entre la plaza de San Pedro y las áreas circunstantes participaron el domingo 18 de mayo, en la celebración presidida por el nuevo Pontífice, estaban también muchos cofrades con sus trajes característicos, representando la pertenencia a diferentes Cofradías. Crucifijos, escapularios, imágenes marianas y de santos, banderas y estandartes coloridos y bordados con antigua maestría eran visibles entre la multitud.

Los mismos que la tarde precedente, el sábado 17, habían dado vida por las calles de la ciudad a dos procesiones que, finalmente, se encontraron en Circo Máximo, en el corazón de la ciudad. Un mosaico de tradiciones por una fe popular arraigada en todas partes del mundo. No es casualidad que los participantes en el evento jubilar vinieran de cien países de todos los continentes: desde Europa hasta las Américas, desde Asia hasta África y Nueva Zelanda.

Las “máquinas” doradas y los porteadores encapuchados asombraban a los turistas presentes en el centro de Roma con su ritmo lento y mesurado. De particular admiración fue el trono de la “Virgen de la Esperanza” de la ciudad española de Málaga: con un peso de cinco toneladas, se necesitaba la fuerza de 270 hombres para ser transportada. También cabe destacar el “Santísimo Cristo de la Expiración”, más conocido como el “Cristo del Cachorro” de Sevilla, imagen obra maestra del barroco andaluz de 1682, de casi dos metros de altura y sacada en procesión sostenido por 42 porteadores. Ambas imágenes se encuentran entre las más veneradas de las famosas procesiones de la Semana Santa andaluza. Presentes por primera vez en Roma, las dos estatuas fueron expuestas en la Basílica Vaticana del 13 al 17 de mayo.

La primera procesión – compuesta por las Cofradías de Portugal, España, Italia y Francia – salió desde la plaza Celimontana y, después de haber atravesado el barrio Celio y el barrio Aventino, volvió al punto de partida. El segundo itinerario, la llamada “Gran procesión”, en cambio, partió de Largo Cavalieri di Colombo y recorrió Viale delle Terme di Caracalla, Viale Aventino, Via del Circo Massimo y Via dell'Ara Massima di Ercole. La procesión estuvo compuesta por ocho Cofradías, entre ellas la Archicofradía Vaticana de Santa Ana de Parafrenieri, que desfiló portando la estatua de la madre de la Virgen María.