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Teresa Ciabatti: El poder debe ser un ejercicio moral

 Teresa Ciabatti:  cascare è una risorsa  e il potere deve essere esercizio morale  DCM-005
03 mayo 2025

Sentirse no escuchada e invisible. No hay mujer que no haya desafiado esta condición de marginación. Teresa Ciabatti, escritora inconformista, ha sublimado la búsqueda de poder con el alter ego de sus novelas, contando la historia de mujeres que se liberan de las expectativas familiares para definir quiénes quieren ser. El experimento más atrevido es Donnaregina (Mondadori, 2025), un viaje a la complejidad de las relaciones afectivas a través del encuentro con un jefe de la Camorra.

¿Cuál es su relación con el poder?

Lo detesto. Admiro a la gente que no se deja influenciar por la búsqueda del poder que amarga y envilece. De esto me he dado cuenta tarde. Era ambiciosa y desenfrenada y esa búsqueda de espacio me hizo equivocarme y caer en la frustración. En la mediana edad estoy viviendo el mejor momento de mi vida porque no vivo ansiosa por el poder.

Quizá porque ahora, como escritora, tiene poder.

¿Honestamente? Desde que tengo el poder estoy tranquila. Sobre todo, tras pasar por el exceso y la autodestrucción. Ahora que he encontrado la medida, creo que escribo mejor. Clamar por el poder es como librar una batalla y no conseguir nada. Aprendí que andar sin rumbo y caer, es también un recurso.

El tópico asegura que las mujeres son vulnerables y, por lo tanto, no aptas para el poder. En sus novelas ocurre lo contrario. ¿Usted cree que es así en la vida real?

Siempre lo he creido, tanto dentro como fuera de las novelas. Si no se oculta y no se vuelve compleja, la fragilidad es un medio. El poder me gusta si es poder sobre uno mismo, un ejercicio moral. Logramos menos que los hombres, pero somos más completas como seres humanos.

En Donnaregina se enfrenta a una forma extrema de poder: un jefe de la Camorra. ¿Por
qué?

Quería explorar un mundo lejano y visitarlo con cierta temeridad, ignorando los códigos. Durante cuatro años frecuenté lo que todos definen como “un peligroso jefe”, buscando su lado humano. No para tranquilizar ni para celebrar esa figura, sino para perturbar. Pensar en el otro como un monstruo nos absuelve de la propia responsabilidad. Vivimos en el mismo tiempo y espacio, debemos preguntarnos y comprender. Mi alter ego no ejerce el poder, va hacia el jefe mafioso con la ligereza de su nacimiento privilegiado y queda desorientada.

¿Usted grita? Yo lo hago cuando busco un espacio de poder.

Tengo un tono de voz alto y la gente siempre me lo ha hecho notar. Me tildaban de grosera o maleducada por lo que he tratado de corregirme. Pero ahora ya no hago caso. Hablando de espacio ¿qué significa estar dónde te corresponde? Si eso significa quedarse en un rincón, entonces habrá que gritar mucho.

de Carmen Vogani