Pensar en Dios
como mujeres

Adriana Valerio y Cristina Simonelli son dos teólogas, dos estudiosas, dos mujeres que desde hace años llevan a cabo una reflexión valiente y profunda sobre la fe, sobre las Escrituras y sobre la Iglesia, con especial atención a la voz femenina a menudo marginada en las narrativas religiosas tradicionales. Sus publicaciones más recientes —"Le radici del mondo. Eva, le donne e la Bibbia” (Mondadori) de Adriana Valerio; y “Cercare Dio? Nicea. Un anniversario audace” (Centro Ambrosiano) y “La Chiesa e i sacramenti” (San Paolo) ambas de Cristina Simonelli — son obras que difieren en su enfoque y contenido, pero están unidas por una mirada lúcida, crítica y generadora.

Adriana Valerio: entre historia y profecía

Adriana Valerio es una teóloga e historiadora de renombre en la escena italiana. Profesora de Historia del Cristianismo y de las Iglesias en la Universidad Federico II de Nápoles desde hace mucho tiempo, ha dedicado gran parte de su investigación a la historia de las mujeres en la Iglesia y a la relectura de los textos bíblicos desde una perspectiva feminista. Es una de las fundadoras de la Coordinadora de Teólogas Italianas, fundadora de la Asociación Europea de Mujeres para la Investigación Teológica y coordinadora del proyecto “La Biblia y las Mujeres”, una iniciativa internacional que tiene como objetivo releer la historia de la interpretación bíblica a través de la perspectiva de género. En los últimos años además ha sido responsable del proyecto “Mujeres en diálogo en la Iglesia de Nápoles”.

Adriana Valerio, una de las primeras mujeres admitidas en la Facultad de Teología del Sur de Italia, es una pionera de la reflexión teológica femenina en Italia. Y con “Le radici del mondo” nos lleva a un viaje por la Biblia a través de la figura de Eva, antecesora de la humanidad y símbolo controvertido de la culpa, el deseo, el conocimiento y la libertad. Valerio recupera la complejidad del personaje bíblico, destacando cómo la figura de Eva ha sido explotada a lo largo de los siglos para justificar la subordinación femenina. El título mismo sugiere una inversión de perspectiva: Eva no como el origen del mal, sino como la matriz de la vida, conectada a la tierra y a la generación.

La teóloga napolitana devuelve centralidad y dignidad a la figura de Eva y con ella a todas las mujeres de la Biblia, demasiadas veces relegadas a roles marginales o leídas con categorías masculinas.

Cristina Simonelli: el desafío de Nicea

Cristina Simonelli es teóloga y profesora de teología patrística, además de una de las voces más influyentes del pensamiento teológico femenino en Italia. Fue presidenta de la Coordinadora de Teólogas Italianas, asociación que dio visibilidad y fuerza colectiva a muchos estudiosas en el ámbito eclesiástico y académico. Su investigación abarca la patrística y la reinterpretación de los Padres de la Iglesia en clave contemporánea, con especial atención a las cuestiones de género. En el volumen, “Cercare Dio? Nicea. Un anniversario audace”, Simonelli reflexiona sobre el Concilio de Nicea (iniciado el 20 de mayo del año 325 d.C.), uno de los momentos fundacionales de la fe cristiana, del que celebramos el 1700 aniversario.

Pero ¿por qué hablar de un aniversario atrevido? Porque Nicea representa un giro histórico en el que la búsqueda de Dios se entrelaza de modo inédito con el poder, con la doctrina, con la necesidad de unidad eclesial, pero también con la necesidad de hablar de Dios sin agotar su misterio. Celebrar hoy su aniversario significa interrogarnos no solo sobre el pasado, sino sobre la Iglesia del futuro, sobre cómo salvaguardar la fe sin endurecerla en fórmulas, y sobre cómo mantener unidas verdad y pluralidad, autoridad y profecía, dogma y libertad de pensamiento. En su libro “La Chiesa e i sacramenti”, Simonelli vuelve de nuevo a Nicea, analizando las coordenadas históricas y dogmáticas del Credo niceno, reflexionando sobre quién lo profesa – “La Iglesia una, santa, católica y apostólica” – y cómo se celebra sacramentalmente.

Reflexiones bíblicas de Perroni e Zanconato

Las obras de las teólogas (algunos de ellas como Valerio y Simonelli escriben para Mujeres, Iglesia, Mundo; como también Marinella Perroni, que forma parte del Comité Directivo) no son simples ensayos académicos y lecturas estimulantes: son signos de los tiempos. Son actos de pensamiento crítico. Representan una contribución indispensable a la renovación de la teología y de la vida eclesial porque ofrecen palabras nuevas, perspectivas diferentes y competencias profundas. Y, sobre todo, porque encarnan un protagonismo femenino que no pide permiso, sino que ejerce una responsabilidad.

Como también lo hace “La cattedra della Croce - Variazioni sulle ultime parole di Gesù”, de Marinella Perroni y Silvia Zanconato (Queriniana), que recoge una serie de reflexiones bíblicas, espirituales y poéticas sobre las últimas palabras pronunciadas por Jesús en la cruz, proponiendo un recorrido meditativo inusual.