La peregrina silenciosa

Las mujeres famosas y las modelos anónimas que inspiraron las obras de Caravaggio se caracterizan por un marcado naturalismo. En la exposición “Caravaggio 2025”, organizada con motivo del Jubileo por las Gallerie Nazionali di Arte Antica en colaboración con la Galería Borghese y con el patrocinio de la Dirección General de Museos y del Ministerio de Cultura, vemos mujeres combativas y peregrinas silenciosas.

Así, Judit y Holofernes nos remiten a batalla entre sexos y la astuta gitana con el joven noble pero ingenuo de “La Adivina” alude a la polaridad del conflicto social. La exposición introduce al visitante en una visión completamente nueva del universo femenino. En “Santa Catalina” el drama de la muerte y la violencia del martirio no son directamente perceptibles a la vista. La santa no está espiritualizada y no se reconocen en ella signos del cielo. Es como si estuviera escuchando en el momento en que el eje perfora su vestimenta y viola su alma y describe, no una noble aceptación del sufrimiento, sino un “diálogo” con el instrumento que prepara el sacrificio definitivo. ¿El martirio como peregrinación interior?

El último cuadro realizado por Caravaggio poco antes de su muerte muestra a Santa Úrsula expiando su negativa a casarse con el rey de los hunos recibiendo una flecha. La escena se reduce a una imagen carente de espacio y de metafísica, donde el dramatismo de los cuerpos no legitima la peregrinación. En el acto en el que la santa baja la mirada y toca la herida, Caravaggio contrasta la desesperación de la muerte y el fracaso en superar la violencia con la interioridad y enfatiza la mirada introspectiva. La trascendencia está contenida en la imagen de la flecha, que no le permite percibir lo que la rodea. La espiritualización de la mirada supone una peregrinación interior. Estas mujeres son peregrinas de esperanza para beneficio de quienes hoy contemplan su heroísmo y audacia.

de Yvonne Dohna Schlobitten