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Plácet

La cuestión femenina también llega
al Sínodo italiano

 Anche per il Sinodo italiano  la questione femminile è  un banco di prova  DCM-005
03 mayo 2025

La responsabilidad de las mujeres en el ámbito eclesial y pastoral estuvo entre las prioridades señaladas por la segunda Asamblea del Camino Sinodal Italiano que tuvo lugar en Roma del 31 de marzo al 3 de abril. No fue una sorpresa para nadie. La cuestión de las mujeres aparece, tanto a nivel nacional como universal, como una prueba de la posibilidad concreta de la Iglesia de caminar junta, a pesar de la diversidad de roles y carismas. Desde la fase inicial de escucha en los territorios de la Península, surgió con fuerza, de norte a sur, la necesidad de reconocer realmente la plena dignidad de las bautizadas, incluyéndolas en los contextos de decisión de los que todavía con demasiada frecuencia son marginadas. El Camino Sinodal ha querido dar algunas señales concretas con el nombramiento de al menos una delegada por cada diócesis y la presencia de 6 mujeres sobre los 23 miembros de la presidencia y 40 sobre los 100 miembros del Comité, así como un tercio de los participantes en las dos Asambleas. En particular, en el segundo y teóricamente último evento, en abril, el debate sobre el rol femenino fue apasionado y vivo: la “Proposición” fue juzgada por la mayoría de los presentes como demasiado reductiva en comparación con la riqueza de la reflexión surgida en cuatro años de trabajo. Al igual que el resto del texto.

Durante la reunión, la desaprobación palpable del documento se transformó en una aprobación indiscutible de la capacidad del proceso de experimentar conflictos y cuestiones críticas sin empantanarse en ellos. La voz de la Asamblea, que resonó con tono franco y tranquilo en el Aula Pablo VI del Vaticano, llevó a los obispos a hacerse preguntas. En lugar de profundizar para demostrar sus posiciones, trataron de discernir si esa incomodidad contenía un soplo del Espíritu. Así, la Conferencia Episcopal Italiana propuso sorprendentemente -aprobada casi por unanimidad- dar otros seis meses al proceso de reelaboración global del documento, cuya votación se pospuso al 25 de octubre. Mientras tanto, la CEI, como excepción, autocanceló su tradicional reunión de mayo, posponiéndola a noviembre.

En una época dominada por dirigentes que blanden su mandato como un garrote contra minorías y, a veces, contra mayorías, la Iglesia ofrece un testimonio del signo opuesto. En lugar del “poder machista”, los líderes designados han preferido la autoridad de quienes saben imaginar y construir puentes para superar los muros de la polarización. Una creatividad propia del paradigma femenino. Y del proceso sinodal. Mujeres y sinodalidad, una vez más, caminan juntas.

de Lucia Capuzzi
Periodista «Avvenire», miembro de la Presidencia del Comité del Camino sinodal de las Iglesias en Italia