· Ciudad del Vaticano ·

Entrevista con Willy A. Vargas Muguruza, ordenado diácono permanente durante el Jubileo de los Diáconos en la basílica de San Pedro

Perdón, Servicio y Gratitud

 Perdón, Servicio y Gratitud  SPA-003
07 marzo 2025

El recién ordenado diácono permanente Willy A. Vargas Muguruza siempre soñó con tener una casa muy grande y recoger gente de la calle. Este hombre de origen peruano y residente en Madrid (España), de 44 años, ha sido recientemente ordenado diácono permanente durante el Jubileo de los Diáconos en la basílica de San Pedro. Haciendo balance de su vida de fe recuerda cómo a los 18 años sentía que debía de hacer algo y terminó de voluntario en casa de las Misioneras de la caridad en Lima (Perú). A los 24 años en el 2005 viajó a Madrid y siguió de voluntario en casa de las Misioneras. Con 27 años empezó a trabajar en un centro de acogida para personas sin hogar en estado crónico hasta la actualidad. En el 2012 se casó con Lourdes y tienen 3 hijos de 11,10 y 7 años. En el 2000 empezó el propedéutico para el diaconado permanente. Y este 23 de febrero del 2025 “porque el Señor lo ha querido así”, dice, le ordenaron como diácono permanente. En esta entrevista con L’Osservatore Romano reflexiona sobre su vocación al lado de los más necesitados y para llevar la palabra de Jesús a los demás.

¿Por qué decidió convertirse en diácono?

Nunca lo pensé. Tampoco sabía que es ser diácono permanente y poco interés tenía por ello. En un viaje de vuelta de Sabadell (Barcelona) junto con Francisco García Roca, él me hablo del diaconado durante todo el viaje (unas 6 horas). Hubo un punto que me vi atraído y es el de ser Jesús Caridad andante. Lo interpreté como llevar a Jesús en forma de caridad a los demás. Es decir, ser solo instrumento del que el Señor se vale para encontrarse con los demás. Jesús amando a través de un instrumento inútil. Es Jesús al servicio de los demás. Lo pensé por un tiempo y hablando con mi esposa decidimos que probara y empezara el propedéutico. Y así iba pasando el tiempo, los años, los estudios, etc. Decir que mi mujer siempre me apoyaba e incluso me animaba a ir a la formación con más motivación que yo. En noviembre del 2024 nos enteramos que la ordenación sería el 14 de junio del 2025. Para eso yo llevaba meses rezando al Señor que si no es su voluntad que lo retire de mi persona, ya que solo quiero hacer su santa voluntad y no la mía. Así que al enterarme lo de junio insistí más para que me lo retire, el 14 de diciembre del mismo año nos convoca el obispo auxiliar Vicente Martin a los 5 candidatos próximos a ordenarnos con nuestras esposas, en el seminario de Madrid. Era un sábado y tras hablar de que el Papa va ordenar a varios diáconos en Roma y de Madrid van 2, empezamos a rezar e invocar al Espíritu Santo. El obispo manda llamar al conserje del seminario para que saque dos papeles con los nombres de los que irán a Roma. Durante el sorteo solo pensaba que se haga su voluntad. Y de repente al sacar los papeles el obispo me mira y me dice: Tú Willy. Es entonces cuando pensé y afirmé que es la voluntad del Señor y quién soy yo para negárselo. Me vino una alegría que nacía desde dentro y a su vez me sentía indigno porque no me lo merezco. Así que no soy yo quien decide ser diacono, sino que lo decide el Señor y yo lo acepto con total alegría. No puedo negarle nada de lo que me pida, eso es lo único que tengo muy claro.

¿Cómo ha vivido su ordenación en un momento tan particular como el Jubileo de los diáconos?

Lo he vivido como un gran regalo de Dios que no lo merezco. Te describo cada detalle que ha tenido el Señor que en su conjunto es el gran regalo de Dios. Para empezar la compañía de mi esposa e hijos ha sido fundamental. Nos hemos hospedado en casa de los Padres misioneros de la Caridad donde teníamos una capilla con el Señor solo para nosotros. Mi párroco D. Gonzalo y el obispo auxiliar Vicente Martin llegaron el sábado para acompañarnos en la ordenación del domingo. A la misa asistieron dos hermanas Misioneras de la Caridad, el sacerdote que me revistió con la estola diaconal y dalmática era uno de los Padres Misioneros de la Caridad (P. Roberto) Es decir que estaba acompañado del carisma Tengo Sed, que es el carisma que el Señor impregnó en mi corazón con 18 años. Es como si la Madre Teresa me acompañaba en la ordenación. A todo ello llegaba con mucha paz (algo que el Señor me había regalado). Nos acompañaban varios diáconos permanentes de Madrid (un gran regalo). La homilía llena de esperanza (Perdón-Servicio-Gratitud), ha quedado grabada en mi mente y corazón. Además, durante la ordenación recuerdo tres momentos: El primero, cuando monseñor Fisichella me cogió las manos, al comienzo y fue como si el Señor, a través de él… no puedo describirlo. El segundo, en la entrega de la Palabra de Dios; el libro pesa, como si recibieras algo que te sobrepasa. Y el tercero, el saludo de la paz al obispo. Primero fue con el Monseñor sientes que te acoge la Iglesia a través de él. Y entonces me salió apoyar mi cabeza en su pecho, es como si el mismo Señor te abrazara. Y después fue con una fila de diáconos ya ordenados a los que no conocía y que sin embargo me emocionaron por su abrazo, su cara de felicidad, su cariño y su ternura. Era gente desconocida, pero como una familia que te acoge. Otro momento determinante fue cuando al subir al presbiterio para la imposición de manos giró la cabeza y me encuentro con la mirada del obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, estaba mirándome con ternura, con mucho cariño; era la mirada de un padre. Al terminar, me emocionó especialmente cuando mis compañeros diáconos de Madrid, en la plaza de San Pedro, me pidieron que les bendiga. A mí, que me sentía un inútil, me pareció un detalle de humildad; me sorprendió mucho, y a su vez lo vi como un signo de unidad y de familia. También mis hijos me pidieron que les bendiga. Así lo he vivido con detalles del Señor que hacen un gran regalo sin merecerlo. El Señor te sorprende y sabe que le necesito, que no puedo vivir sin Él.

¿Qué le ha aportado la ordenación?

Ha dado sentido a todo el recorrido de mi vida. Ahora todo tiene sentido. Como decía Madre Teresa (la llamada dentro de la llamada). Primero me llama al sacramento del matrimonio y luego dentro del matrimonio nos llama como familia a este ministerio. Ahora toca hacer lo que el Señor vaya pidiendo. Debemos estar atentos para seguir haciendo su voluntad y siempre de la mano de nuestra Madre María.

Qué mensaje le da a quien tiene dudas sobre el diaconado.

Si aún no lo ha empezado o está en el camino de formación: que lo intente o siga intentándolo. Que continúe. Que nada le distraiga. El Señor nunca abandona. También pedir al Señor que si no es su voluntad que le retire del camino. El Señor escucha y sabe lo que quiere para uno mismo. Siempre acompañado de su esposa y familia. Recordar que no estamos solos y nuestra Madre está con nosotros acompañándonos en este camino. Hay que intentarlo sino nunca sabremos si el Señor quiere esto para nosotros.

El Señor no llama solo al esposo para este ministerio. Llama a la familia. La esposa debe acompañarlo desde el inicio y la esposa es fundamental en este camino. El Señor bendice a la familia y tiene preparado algo para la esposa que lo irán descubriendo a lo largo del camino. Buscar la santidad a través de lo más sencillo que toque hacer el día a día. Y ánimo, que no estáis solos.