“Cosas pequeñas como estas”: el drama de las lavanderías de las Magdalenas en la Irlanda de los años 80

“Small Things like These” (Cosas pequeñas como estas) es la película que abrió el festival de Cine de Berlín del 2024. Está basada en la novela del mismo nombre de Claire Keegan y afronta el doloroso caso de las lavanderías de las Magdalenas, institutos religiosos irlandeses donde, hasta 1996, se mandaba a las jóvenes consideradas de “moral laxa”. Pero Keegan, y en consecuencia el guionista Enda Walsh, deciden no contar la historia a través de las experiencias de la víctima (como otras películas y series de televisión sobre el mismo tema) sino a través de los ojos de un hombre de familia, Bill Furlong, un comerciante de carbón interpretado por un magnético Cillian Murphy.

Es 1985. Bill está haciendo sus entregas de carbón cotidianas y una es para el convento de las monjas. Ingresa a las instalaciones para entregar la factura y se encuentra con una chica que desesperadamente le pide que la saque de allí. A partir de ese momento comienza el tormento interior de Bill: ¿qué está pasando ahí dentro?, ¿serán solo rumores locales? Durante la última entrega antes de Navidad, Bill se encuentra en el cobertizo del carbón a la misma muchacha aterrorizada y congelada. Desde ese momento comprende que dentro del Convento del Buen Pastor se esconde una realidad muy dramática. ¿Qué hacer? ¿Debemos desafiar el silencio generalizado en el país y rebelarnos contra la Iglesia Católica (que a su vez está protegida por el Estado irlandés), con todas las consecuencias económicas y familiares que esto conlleva, o debemos dejarlo pasar y mirar hacia otro lado?

Además de Cillian Murphy, el reparto elegido por Tim Mielants se completa con una extraordinaria Emily Watson en el papel de la severa y poderosa Hermana Mary, la madre superiora que intentará, por todos los medios, disuadir a Bill de su intento de ayudar a las jóvenes a escapar del convento.

“Cosas pequeñas como estas” es una película que indaga en lo profundo de nuestras decisiones diarias, que son pequeñas cosas frente al mal y los horrores que vemos y conocemos. Murphy regresa a su amada Irlanda para intentar curar una herida que aún está abierta en la isla, utilizando un estilo de actuación delicado e introspectivo, pero nunca agresivo. En el libro, Keegan Claire escribe: “¿Era posible seguir adelante durante años, décadas, toda una vida sin tener ni una sola vez el valor de ir en contra de las cosas?”.

La película, gracias a su aparente sencillez, consigue transmitir un mensaje universal y revelar una actualidad devastadora, casi como para subrayar que a veces un acto valiente puede cambiar nuestra existencia y la de los demás a partir de esas pequeñas cosas.

de Patrizia Rossi
Delegada nacional de los Cinefórums salesianos para jóvenes