· Ciudad del Vaticano ·

Editorial

Llamados a suscitar estupor e interrogantes

 Llamados a suscitar  estupor e interrogantes  SPA-002
07 febrero 2025

Andrea Monda

Como la alegría, también la esperanza es un bien que impulsa inevitablemente hacia el compartir, es más, se podría decir que existe en cuanto es compartida. Sobre este punto el Papa tiene una afirmación clara y neta: «La esperanza es siempre un proyecto comunitario».

Este es uno de los puntos clave del Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 2025 cuyo título, “Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones”, hace referencia explícita al pasaje de la Primer Carta de Pedro (3, 15-16) que es definida por el Papa como «una síntesis admirable donde la esperanza se pone en relación con el testimonio y con la comunicación cristiana: “Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor.

Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con delicadeza y respeto”».

Francisco se detiene sobre este famoso pasaje del nuevo testamento y en particular subraya esa preparación para dar razón de la esperanza «cualquiera que les pida razón», a querer subrayar el hecho de que el testimonio de vida de los cristianos ya de por sí es una “comunicación”, un mensaje que suscita interrogarnos. «Los cristianos» afirma el Papa, «ante todo, no son aquellos que “hablan” de Dios, sino aquellos que reflejan la belleza de su amor, una forma nueva de vivir todas las cosas.

Es el amor vivido el que suscita la pregunta y exige la respuesta: ¿por qué viven así?, ¿por qué son así».

Se produce pues una inversión del esquema según el cual el comunicador es ante todo “alguien que habla”: el “hablar” de Dios del cristiano no es un simple mensaje, un discurso, no es la distribución de un producto informativo, pero tiene la fuerza, el peso y la belleza del testimonio. El hablar de Dios es más bien un escuchar o, mejor, un encontrar al otro.

No es casualidad que el Papa justo después en el mensaje haga referencia a otro pasaje del Nuevo Testamento, el de los discípulos de Emaús: «En la expresión de san Pedro encontramos, finalmente, un tercer mensaje: que la respuesta a esta pregunta sea dada «con delicadeza y respeto».

La comunicación de los cristianos —pero también diría que la comunicación en general— debería estar entretejida de mansedumbre, de proximidad, al estilo de los compañeros de camino, siguiendo al mayor Comunicador de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, que a lo largo del trayecto dialogaba con los dos discípulos de Emaús haciendo arder sus corazones por el modo en el que interpretaba los acontecimientos a la luz de las Escrituras.

Por eso, sueño con una comunicación que sepa hacernos compañeros de camino de tantos hermanos y hermanas nuestros, para reavivar en ellos la esperanza en un tiempo tan atribulado».

El Jubileo sea una ocasión de verdadera “conversión”, inversión y cambio de dirección, para un estilo de comunicación que pueda suscitar asombro e interrogantes, y así ofrecer una esperanza creíble a un mundo que tiene sed de esto mismo.