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Rendir cuentas con transparencia: en el corazón de la reforma sinodal querida por Francesco

 Rendere conto  con trasparenza: al cuore  della riforma sinodale  voluta da Francesco  DCM-001
04 enero 2025

Uno de los aspectos que asusta del camino sinodal es el hecho de que sea difícil de controlar. Esta situación es una consecuencia directa de la revolución copernicana que Francisco ha llevado a cabo al poner la escucha en el centro. Porque escuchar significa presuponer que el otro tiene algo que decir. Por eso, el espacio que se abre en el seno de la gobernanza comunitaria, que se crea de este modo, es bien valorado cuando quien habla tiene el valor de la parresía, que es el derecho-deber de la franqueza. Una vez iniciado el proceso, empieza a desarrollarse una sensibilidad. Cualquier intento de volver atrás, cerrando los propios oídos o la boca del prójimo, resultará injusto. Y cada vez es más posible que alguien se levante y lo denuncie.

La pasada primavera, el Papa decidió confiar los temas candentes del Sínodo a diez grupos de estudio, compuestos por obispos, teólogos y teólogas de los cinco continentes, cuyos nombres fueron publicados en junio en la web oficial del Vaticano. Todos excepto los del Grupo 5, dedicado al tema del acceso de la mujer al diaconado. La razón de este silencio se explica rápidamente: el Grupo 5 no existe, ya que su tema de estudio ha sido reservado directamente al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en la persona del Secretario, Armando Matteo. Pero cuando, durante la asamblea sinodal del pasado octubre los representantes de los grupos de estudio fueron llamados a rendir cuentas de su trabajo y nadie del Grupo 5 se presentó, un tercio de los participantes en el Sínodo alzó la voz pidiendo al cardenal Fernández que explicara este modo de proceder no acorde con el estilo y método sinodal.

El extraordinario epílogo del relato es el hecho de que el encuentro para aclarar la cuestión entre Fernández y los participantes del Sínodo, un intercambio de aproximadamente una hora de duración caracterizado por la franqueza y la informalidad, fue grabado y publicado íntegramente en Vatican News. Que las personas con autoridad aprendan a rendir cuentas a la comunidad por sus acciones es uno de los puntos fundamentales de la reforma sinodal del gobierno de la Iglesia. Esta reforma, como enseña la historia del Grupo 5, no depende solo de la buena voluntad de los superiores, sino también de la capacidad de todos los creyentes de no desistir ante los abusos perseverando en el laborioso ejercicio de pedir explicaciones. Lo que afecta a todos –afirma un antiguo principio canónico– debe decidirse con el consenso de todos. Para que esto sea posible, cada uno es responsable de hacer su parte de acuerdo con su propio rol.

de Linda Pocher
Hija de María Auxiliadora, teóloga