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A propósito del Papa, las mujeres y de una Teología a medias

04 enero 2025

El gran congreso internacional sobre el futuro de la Teología organizado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación y que tuvo lugar en Roma a principios de diciembre (9-10), se inauguró con un discurso del Papa Francisco que merece consideración. Puede parecer extraño, dada la situación tan concreta, pero Francisco dijo algo muy importante también para los “no expertos”. En sus palabras de apertura, refiriéndose al tema del congreso – “Herencia e imaginación” – el Papa pidió a los participantes que se preguntaran si “el legado teológico del pasado todavía puede decir algo a los desafíos de hoy y ayudarnos a imaginar el futuro”. No es una empresa pequeña, dado el riesgo de irrelevancia al que parece condenado hoy el discurso sobre Dios y, más específicamente, sobre el Dios de Abraham y de Jesús.

La presencia de un cierto número de teólogas animó al Papa a retomar el hilo de un debate que le interesa mucho, el de la participación de la mujer en la vida de la Iglesia. Esta vez lo hizo en el horizonte de la relación entre las mujeres y la Teología, utilizando una sugerente referencia al personaje bíblico de Hulda, la profetisa que entiende del texto sagrado encontrado en el Templo cuando ni el rey ni los sacerdotes ni los escribas lo comprendían (2 Reyes 22:14-20). Así, el Papa concluía que “una Teología solo de hombres es una Teología a medias. “Aún queda un largo camino por recorrer en este sentido”, añadía.

Es un signo muy fuerte de los tiempos que el Pontífice considere que la presencia de mujeres en las instituciones teológicas es ya una necesidad para la Iglesia y que, con toda sencillez, reconozca que en este sentido todavía hay “un largo camino por recorrer”. Un camino que él también recorre y que permanecerá bloqueado mientras la enseñanza de la Teología siga atada a universidades eclesiásticas que ofrecen salidas profesionales de circuito cerrado, es decir, clericales y, en consecuencia, salarios completamente insuficientes para quien quiera dedicarse a ello más que como una pasión personal, como un auténtico servicio eclesial. Cada año la Coordinadora de Teólogas Italianas organiza un seminario de verano en el que participan algunas jóvenes que cursan con pasión el cursus maior de Teología y que confirman que Francisco tiene razón. Las responsabilidades de esta “Teología a medias” vienen de lejos y nos ponen ante la necesidad de “imaginar el futuro” con reformas ya ineludibles.

De Marinella Perroni