
«Paz y esperanza: estas son las dos voces del canto con el que os animo a llenar las calles del mundo». Así el Papa Francisco saludó, la mañana del 14 de diciembre en la Sala Clementina, a los promotores y a los artistas del “Christmas Contest” y de la xxxii edición del Concierto de Navidad, organizados en colaboración con la Fundación Gravissimum Educationis – Cultura por la Educación y las Misiones don Bosco. Publicamos el saludo del Santo Padre.
¡Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos!
Es hermoso comenzar el encuentro con una canción tan hermosa y con una voz tan hermosa. ¡Felicidades!
Saludo al cardenal José Tolentino de Mendonça; os saludo a vosotros artistas, que hoy actuaréis en el Concierto de Navidad; y además a la Fundación Gravissimum Educationis – Cultura por la Educación, la organización Misiones don Bosco, y a todos los que han colaborado con este evento.
Quisiera brevemente reflexionar con vosotros sobre dos valores importantes, para los cuales pienso que vosotros podéis dar una valiosa contribución: la paz y la esperanza.
Primero: la paz. Es bonito recodar, aquí con vosotros, cantantes y músicos, que, en el nacimiento de Jesús, en el silencio de la noche, el himno de paz de «una multitud del ejército celestial» (Lc 2,13) llenó de alegría el cielo y la tierra. Y es precisamente así: la música, hablando de forma especial y directa al corazón del hombre, tiene una grandísima capacidad de crear unidad y favorecer comunión. ¡Os invito, por tanto, a ser también vosotros “ángeles de paz”, invirtiendo al máximo vuestros talentos promoviendo, con el arte y con la vida, allá donde vayáis, esa cultura de fraternidad y reconciliación que hoy más que nunca necesitamos!
Y vamos al segundo valor: la esperanza. He apreciado la elección de dedicar el concierto de hoy a este tema, hilo conductor de vuestros testimonios artísticos y también solidarios, en particular para apoyar a las misiones salesianas, que trabajan en todo el mundo con los jóvenes. Esto os pone en sintonía con el camino de toda la Iglesia para el Jubileo: “peregrinos de esperanza”.
La Navidad nos recuerda que la esperanza es en primer lugar don de Dios, y que como tal «se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad» (Bula de convocación del Jubileo 2025 Spes non confundit, 3). Pero necesita, por un lado, echar sus raíces en el terreno fértil de la comunión con el Señor y, por el otro, crecer y florecer en elecciones concretas de amor, así para colmar de sentido el presente abriendo nuevos horizontes para el mañana.
Paz y esperanza: estas son las dos voces del canto con el que os animo a llenar las calles del mundo, para entregarlo al futuro, entregarlo a las futuras generaciones. Muchas personas esperan, en este sentido, un don vuestro. Y pienso, de forma particular, en los jóvenes del Christmas Contest, que hoy acompañáis en el escenario, con un gesto que expresa un pacto virtuoso y sano entre las generaciones.
Amigos, el mundo y la Iglesia necesitan mucho de vuestro talento, de vuestra idealidad creativa, necesitan vuestra capacidad de donaros, de vuestra pasión por la justicia y para la fraternidad. ¡Por esto invoco en abundancia las bendiciones del Señor sobre vosotros y sobre vuestros seres queridos, deseándoos un buen concierto y feliz Navidad! Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.