Al día siguiente de la muerte del cardenal Ayuso Guixot, de los misioneros combonianos del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa Francisco envió la tarde del martes 26 de noviembre, al vicario general de la congregación David Costa Domingues el siguiente telegrama de pésame.
Al conocer la noticia del fallecimiento del querido cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, hijo espiritual de san Daniele Comboni, que se produjo al final de una larga enfermedad soportada con tanta fe en el Señor, expreso mi cercanía a la congregación de los Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón de Jesús, así como a los familiares del difunto purpurado y a cuantos lo conocieron y estimaron, recordando con afecto y admiración a este hermano que sirvió al Evangelio y a la Iglesia con ejemplar dedicación y delicadeza de alma. Pienso con gratitud en el ministerio que ha desempeñado sin reservas, primero como celoso misionero en Egipto y Sudán, después como presidente del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos y finalmente al servicio de la Curia Romana en el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, del que llegó a ser prefecto. En toda obra apostólica estuvo siempre animado por el deseo de dar testimonio, con mansedumbre y sabiduría, por el amor de Dios al hombre, trabajando por la fraternidad entre los pueblos y las religiones. Elevo mi oración al Padre misericordioso para que, por intercesión de la beata Virgen María, acoja en la Jerusalén celestial a este fiel siervo, y de corazón imparto mi bendición a quienes lloran su separación terrena.
FRANCISCO
Análogo telegrama fue enviado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado.