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MUJERES IGLESIA MUNDO

El abuso y el rescate: el desafío de Gentileschi y Chicago

De Artemisia a Judy

Napoli, Museo Nazionale di Capodimonte
31 octubre 2024

Son dos grandes artistas que vivieron con 500 años de diferencia, que redefinieron la forma de representar a la mujer - abordando en sus obras temas como la opresión, el abuso y la represión- y que exaltaron la fuerza, redención y resiliencia del universo femenino.

Se trata de Artemisia Gentileschi (Roma 1593 – Nápoles 1653), una de las primeras mujeres en alcanzar fama internacional como pintora, y Judy Chicago (Judith Cohen, nacida en Chicago en 1939), una artista feminista estadounidense contemporánea.

Artemisia Gentileschi representa un caso emblemático, también por su historia personal. Hija del artista Orazio Gentileschi, la joven pintora fue violada por el amigo y colega de su padre, Agostino Tassi, en 1611. Al año siguiente comenzó el proceso contra su agresor, circunstancia que supuso una mayor humillación para la artista. De esta época data una de sus obras más famosas, Judit decapitando a Holofernes, hoy conservada en el Museo Nacional de Capodimonte en Nápoles. En 1920 produjo una segunda versión de esta obra que se puede admirar en la Galería de los Uffizi de Florencia.

El episodio al que hace referencia el lienzo está narrado en el Libro de Judit: la heroína bíblica, junto con una de sus siervas, se dirige al campamento enemigo y decapita a Holofernes, el feroz general asirio. El artista representa la escena con gran conocimiento, describiendo el momento más sangriento de la historia, es decir, la decapitación. La escena queda subrayada también por el uso teatral de la luz que acentúa el contraste entre la brutalidad de la acción y la determinación de las dos mujeres.

No es difícil darse cuenta de que la obra pueda reflejar elementos autobiográficos, una hipótesis que se vuelve aún más plausible si consideramos a los personajes representados en el cuadro que son Holofernes y las dos mujeres, Judit y su sirvienta. Este cuadro destaca otro tema importante: la complicidad y la solidaridad femenina, una realidad que, sin embargo, Artemisia no vivió porque fue traicionada por su amiga Tuzia que la abandonó durante la agresión. “La gran pintora de la guerra de sexos” (como la definió la líder del feminismo internacional Germaine Greer) con esta extraordinaria obra logró captar el valor y el dolor de una mujer, convirtiéndose en el paradigma de la voluntad indomable de resistir y luchar por una vida libre de violencia y sumisión.

También Judy Chicago, con una narrativa y un estilo completamente diferente, siglos después de Artemisia, llegó a desafiar las convenciones artísticas y sociales celebrando la contribución de importantes figuras femeninas y dando lugar a una reflexión crítica sobre la condición femenina a lo largo de la historia. Una obra especialmente significativa en este sentido es The Dinner Party. Creada en los setenta y conservada hoy en día en el Brooklyn Museum de Nueva York, esta instalación no se basa en ningún pasaje concreto de las Sagradas Escrituras, sino que refleja las experiencias femeninas a lo largo de los siglos, incluidas aquellas provocadas por la violencia y la opresión. The Dinner Party consiste en una larga mesa triangular con 39 asientos, cada uno de los cuales está dedicado a una figura femenina de relevancia histórica o mitológica. Están adornados con cerámica sexualmente explícita y un mantel bordado que celebra las vidas y contribuciones de estas mujeres.

Entre las figuras representadas se encuentran, además de las propias Judith y Artemisia Gentileschi, Santa Brígida, Leonor de Aquitania, Isabella d'Este, Virginia Woolf y Georgia O'Keeffe, un abanico que va desde la tradición judía hasta la revolución feminista.

Esta obra, aunque no contiene elementos cruentos, transmite conceptualmente un mensaje potente y claro: cada mujer representada es el paradigma de resiliencia y fortaleza frente a la violencia. De esta manera, la instalación de Judy Chicago puede interpretarse como una profunda reflexión sobre la condición femenina y las injusticias que sufren las mujeres, creando un vínculo simbólico con las narrativas bíblicas que abordan historias de mujeres víctimas de opresión. Por lo tanto, The Dinner Party celebra la determinación y la resistencia de las mujeres a lo largo de los siglos, ofreciendo un homenaje a su indomable voluntad de seguir luchando por la dignidad y la igualdad.

Las obras de Artemisia Gentileschi y Judy Chicago, aunque nacidas en contextos históricos y culturales distintos, ofrecen una reflexión compleja sobre la condición femenina, basada en experiencias históricas y narraciones bíblicas. Artemisia Gentileschi, a través de su poderoso retrato de Judit decapitando a Holofernes, expresa el dolor y la resiliencia personal en respuesta a la violencia que sufrió y refleja la fuerza y ​​el valor de las mujeres que lucharon contra la opresión en los textos sagrados y en la historia. Su obra se ha convertido así en un símbolo de resistencia y determinación que transmite un mensaje universal de liberación y justicia.

El trabajo de Judy Chicago amplifica esta reflexión al incluir una vasta gama de figuras femeninas que han contribuido a la historia y la cultura, redimiendo la imagen femenina de los estereotipos que la han descrito durante siglos como débil y sumisa.

La instalación celebra la resiliencia y la fuerza de las mujeres a través del paso de diferentes épocas y crea un vínculo simbólico con las narraciones bíblicas para ofrecer una visión global e inclusiva de la contribución de las mujeres.

La mesa triangular de Chicago se convierte en un lugar de conmemoración y reconocimiento a las mujeres que lucharon y superaron las injusticias, subrayando su papel crucial en la formación de la sociedad.

Mientras Artemisia Gentileschi aborda directamente el tema de la violencia con una narrativa personal e histórica, Judy Chicago nos brinda una celebración colectiva de las experiencias femeninas, invitando a una reflexión continua sobre la condición de las mujeres. Estas obras, si bien difieren en su enfoque y contexto, convergen en su intención de examinar y desafiar las estructuras de poder y opresión. Celebran a las mujeres no como víctimas, sino como protagonistas de la resistencia histórica y cultural.

de Giorgia Calò
Historiadora y crítica de arte. Directora del Centro de Cultura Judía de la Comunidad Judía de Roma