El Telescopio de Tecnología Avanzada del Vaticano ( vatt ) ha dado un paso gigante hacia el futuro. El pasado 3 de junio se concluyó la instalación de un nuevo sistema de control automatizado de nueva generación, desarrollado por la firma checa ProjectSoftHK.
Este avance marca el inicio de una fase de pruebas que involucra a expertos del Observatorio Vaticano y de la Universidad de Arizona.
Bautizado como “Don” en honor a Donald M. Alstadt (1921-2007), expresidente y director ejecutivo de Lord Corporation, ha sido posible gracias a la generosidad de The Thomas Lord Charitable Trust y la señora Judith Alstadt. A pesar de las intensas tormentas de nieve en marzo y abril, la eficiente planificación de Gary Gray, gerente de instalación, permitió que el equipo llegara al observatorio a tiempo.
El vatt , que celebró su trigésimo aniversario en septiembre, ahora cuenta con el sistema “Don”, el cual maximiza su ya excelente óptica y ubicación privilegiada para la observación astronómica.
Tiene como objetivo permitir investigaciones avanzadas y atraer a científicos de todo el mundo. Este nuevo sistema es modular y está basado en tecnología avanzada, incluyendo controladores lógicos programables Beckhoff, codificadores Renishaw y variadores emlo . Su software, diseñado para ser estable frente a actualizaciones, dirige la montura del telescopio con una precisión de 3 segundos de arco, equivalente a ver una canica desde el otro lado de un gran estadio deportivo. Incluso tiene la capacidad de rastrear objetos por 20 minutos con una excelente precisión. El Padre Paul Gabor, vicedirector del Vaticano en Arizona, no ocultó su entusiasmo: “Esto es realmente emocionante”. Y no es para menos, ya que “Don” no solo optimiza el tiempo de alineación y enfoque del telescopio, sino que también controla diversos sistemas de soporte, desde la estación meteorológica hasta el enfriamiento del espejo primario.
El “modo legacy” será el primero disponible, y permitirá a los astrónomos operar el telescopio sin la necesidad de manejar manualmente cada subsistema. En un futuro cercano, el telescopio podrá ser controlado remotamente desde la sede del Observatorio Vaticano en Castel Gandolfo, Italia.
Además, en el “modo guion”, “Don” ejecutará secuencias de observación programadas sin supervisión directa, permitiendo a los equipos de investigación desarrollar sus propios guiones. Con esta transformación automatizada, el vatt se posiciona a la vanguardia de la tecnología astronómica, preparado para desvelar los misterios del universo con una precisión y eficiencia sin precedentes.
Regina Hernández