· Ciudad del Vaticano ·

Bienaventurados los que practican deporte

21 junio 2024
La relación entre la Iglesia (la fe cristiana) y el deporte no es algo reciente, sino genético, cuyo ejemplo más claro nos lo da el propio san Pablo: «He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he conservado la fe» (2 Tm 4, 7).La Iglesia siempre ha tenido una estrecha relación con el deporte, viéndolo a veces como un método exigente para vivir las virtudes cristianas, a veces como un recurso metafórico para describir el dinamismo religioso, a veces como un areópago desde el que busca humanizarlo con su mensaje evangélico. Un pasaje emblemático de esta relación entre fe y deporte cumple este año su centenario: en los Juegos Olímpicos de París de 1924 se introdujo el lema olímpico «Citius, altius, ...

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