La tarde de este martes 4 de junio, en la sede romana de la FAO, tuvo lugar la presentación de las actas del Sínodo para la Amazonia celebrado en 2019. La Declaración final de la Asamblea Especial de los Obispos indica las líneas de acción para la misión de la Iglesia en la región.
Después de ofrecer al Papa Francisco, reunidos ayer en el Vaticano, los avances logrados en los últimos años tras el Sínodo sobre la Región Panamazónica de hace cinco años, esta tarde se presentó las actas de esa Asamblea especial de los Obispos dedicada a la Amazonia en el Centro Sheikh Zayed de la sede de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en Roma, con el título "Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral".
La mesa de oradores
La conferencia se abrió con las palabras del cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, con la intervención, entre otros, del cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; el cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede en la FAO, Yésica Patiachi y sor Laura Vicuña vicepresidentas respectivamente de REPAM y CEAMA. El saludo del anfitrión, el director general de la FAO, Qu Dongyu, introdujo las distintas contribuciones confirmando "el compromiso de las Naciones Unidas junto a los pueblos indígenas para erradicar el hambre pero denunciando la persistencia, a pesar de los avances realizados, de una gran inseguridad alimentaria en el región".
Grech: escuchando la voz de los indígenas en el Sínodo
La iniciativa de esta tarde es para el cardenal Mario Grech "tanto más significativa que hoy que la Iglesia católica celebra un Sínodo sobre la sinodalidad" y, por tanto, reflexiona "sobre su manera de ser Iglesia, poniéndola de nuevo en el centro de su ser y de su acción", la igual dignidad de sus fieles, llamados a ser corresponsables en la misión de la Iglesia". Una misión de la que, afirma, se puede ver claramente "una muestra" en la Asamblea Especial para la Región Panamazónica que inició un proceso, aún en curso, de escucha de la realidad y de las demandas de su pueblo. El cardenal explica que más que dar respuestas, en aquel Sínodo la Iglesia quiso ofrecer un método, una manera de hacer las cosas "que parte del reconocimiento del ser humano como sujeto activo, protagonista de su propio futuro". Grech subrayó que "este es el aspecto realmente importante: no sustituir a las personas y comunidades que sufren un determinado problema, porque son ellas las que tienen el conocimiento real de lo que están viviendo".
Actuar juntos en una "perspectiva integral"
"Escuchando al pueblo, especialmente al pueblo santo de Dios - continúa Grech - los obispos y el Papa han tratado de captar lo que el Espíritu Santo inspira en las Iglesias locales de esta región en su compromiso inquebrantable de sostener la centralidad de la persona, el bien común, la gestión solidaria y responsable de la creación en su misión". Qué importante sería implementar una verdadera escucha también en la política internacional, afirma el secretario general del Sínodo, quien destaca dos elementos más: uno se refiere a la "perspectiva integral" y es la conciencia de la interconexión entre todas las "crisis morales, sociales, económicos y políticos que estamos viviendo". Este fue el caso de los proyectos diseñados para la región Panamazónica donde el cuidado del medio ambiente, la justicia para los pobres y la defensa de la dignidad humana están vinculados y, en última instancia, nos conciernen a todos. Por tanto, "sólo actuando juntos se podrá encontrar una solución justa y digna". El cardenal Grech utiliza una palabra que el Papa Francisco repite a menudo: “desborde”. Este es el tercer aspecto: significa "superar las normas, reglas e intereses de cada uno en favor de un exceso de compromiso por parte de todos". La Amazonía, concluye, "necesita realmente un exceso de compromiso", dado "el exceso de violencia que aún hoy experimenta". Un desafío que el cardenal espera que la comunidad internacional pueda afrontar.
Czerny: revisar nuestras opciones
El cardenal Michael Czerny subrayó, por su parte, el compromiso de la Santa Sede con el desarrollo humano integral de toda la comunidad amazónica. Recuerdó haber tenido "la feliz oportunidad de presenciar la creación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM)", muy necesaria para un "diálogo y colaboración eficaces" en la región, ya que integra "obispos, clérigos, religiosos, diversas acciones pastorales" con las propias poblaciones". El objetivo es escuchar a las "poblaciones del territorio para ayudarles a disfrutar de sus derechos, defender sus territorios, cuidar su casa común". Personalmente, pensando en el Sínodo sobre la Amazonía propuesto por el Papa Francisco, el Cardenal Czerny afirma que "lo que permanece en primer plano en mi mente son las voces de los pueblos amazónicos" y cómo fueron recibidas sus palabras y su petición a la Iglesia de continuar el camino con ellos. Czerny continúa: "Este encuentro y este compromiso mutuo constituyen un compromiso grande, sincero y transparente para leer los signos de los tiempos, discernir honestamente lo que significan estos signos y abrazar la voluntad de Dios para la Amazonia y para el mundo entero", voluntad a menudo opuesta a la que está en curso. "Las decisiones que la gente está tomando en todo el mundo sobre lo que consumimos, lo que invertimos, cómo ganamos, qué objetivos perseguimos, a menudo están en contradicción destructiva con la supervivencia y el florecimiento de la Amazonia y sus pueblos".
Un llamado al compromiso hoy
Un fruto muy significativo del proceso sinodal, continúa Czerny, es la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), con la participación de los pueblos, de las comunidades y de la Iglesia amazónica, que está dando vida a muchas nuevas iniciativas "para buscar formas de una agricultura y ganadería sostenibles, para el uso de energías y recursos limpios sin destruir el medio ambiente y las culturas". El prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral observa que "la Amazonía es un lugar privilegiado donde la vida se expresa y donde Dios mismo hace sentir su presencia" y constituye "una llamada al compromiso y una expresión elocuente de esperanza para el futuro del mundo". La llamada para todos es hoy a la conversión, porque, concluye: "más tarde será demasiado tarde".
Barreto Jimeno: el trabajo del CEAMA
El cardenal Pedro Barreto Jimeno recuerda la preparación del Sínodo para la Región Amazónica de octubre de 2019, que, según afirma, contó con 70 asambleas territoriales, 25 foros temáticos y seminarios con la participación de más de 80.000 personas, un buen número de ellas indígenas amazónicas y de cómo la CEAMA, de la que es presidente, fue creada en 2020 como respuesta directa a las recomendaciones del Sínodo y tuvo la tarea de implementar las propuestas del Documento Final y delinear un plan pastoral. “El proceso sinodal de la Iglesia en la Amazonía continúa hoy con mayores evidencias de problemas sociales y ambientales”, afirma y explica cómo REPAM y CEAMA se complementan para un mejor servicio a la Amazonía que se expresa en: defensa de los derechos indígenas, promoción de la ecología integral, fortalecimiento de la pastoral amazónica, búsqueda de soluciones a la deforestación y degradación ambiental causada por actividades extractivas y comerciales. El compromiso se dirige entonces a fortalecer la Iglesia local, fomentando una mayor participación y liderazgo de los laicos, en particular de las mujeres y los jóvenes. Sin embargo, "los desafíos siguen siendo importantes y requieren un esfuerzo continuo y coordinado".
Patiachi: unidos salvaremos la Amazonía y el planeta
Un llamado a la conversión de nuestros estilos de vida lo dirige Yésica Patiachi, indígena de la región amazónica, peruana de la etnia Harakbut y vicepresidenta de la REPAM. "Los pueblos indígenas están en riesgo - afirma - porque la tierra está enfermando. Sus territorios no están siendo protegidos, las personas consideradas 'guardianes de los bosques' están siendo asesinadas. En el pasado - continúa - nos preguntamos qué es la Iglesia haciendo, ahora podemos decir que REPAM y CEAMA son una respuesta a la Amazonía que se desangra". Ahora la Iglesia está ahí, dice, el Papa vino en persona para ver cómo nuestros bosques y nuestros territorios están siendo saqueados según un modelo que no se puede llamar desarrollo porque, subraya, ponen en riesgo vidas. Y pone el ejemplo de la extracción de mercurio que contamina los alimentos y del aceite de palma, tan deseado por las industrias europeas que dan más valor a la palma que a la vida de las personas. Luego habla del encuentro de ayer con el Papa Francisco, a quien los nativos llaman respetuosamente "abuelo". “Le agradecemos su apoyo, dice Patiachi, nos dijo que no hay vuelta atrás y esto nos da esperanza”. ¿Qué haremos, qué podemos hacer juntos? "Al unir a todos los pueblos indígenas hemos logrado plantar un árbol que salvará a la humanidad. En el bosque todo está conectado, nuestra vida depende de los bosques y nuestra vida garantiza los bosques de los cuales depende la seguridad alimentaria. Trabajando todos juntos y con un actitud proactiva - concluye - saldremos adelante".
Sor Vicuña: muchos "planes de muerte" a los que oponerse
Antes del debate con los presentes en la conferencia y escuchando otras breves intervenciones de representantes de la FAO y el FIDA, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, se escucharon las palabras de Sor Laura Vicuña, vicepresidenta del CEAMA. "La Amazonia nunca ha estado amenazada como lo está hoy", dijo Francisco al inicio del Sínodo hace cinco años - recuerda la monja - y ahora estamos siguiendo un largo camino de presencia evangelizadora de la Iglesia en la región, tratando de responder a la "evangelización integral, donde la vida está en el centro". Vicuña enumera a continuación los numerosos "proyectos de muerte" presentes en la Amazonía: "centrales hidroeléctricas, minas, monocultivos que destruyen y contaminan la tierra, el aire y el agua, destruyendo la biodiversidad y los sistemas necesarios para la vida en todo el planeta, así como el mismo modos de vida de los pueblos amazónicos y originarios, muchos de los cuales - subraya - se ven obligados a desplazarse a las afueras de las ciudades, sin ninguna seguridad desde el punto de vista del acceso a los alimentos y de las políticas públicas, con una total ausencia de Estado y la presencia en lugar del crimen organizado". En medio de todo esto está el compromiso de la Iglesia en la Amazonia, a la que las mujeres, dice, hacen un aporte "enorme". También para sor Laura es esencial una conversión sinodal y ecológica, el crecimiento de la "cultura del diálogo, del encuentro y de la riqueza de la unidad en la diversidad, esa "armonía pluriforme", que requiere innovación y creatividad de nuestra parte".por
Chica Arellano: trabajar juntos según el espíritu del Sínodo
La conclusión está a cargo de monseñor Fernando Chica Arellano. En nombre de todos, agradece a la FAO, donde es observador permanente, y al FIDA y a todos aquellos que en diversas capacidades colaboraron y permitieron la realización de este seminario. "Hemos visto comprometida la preocupación común por 'los pulmones del mundo' - afirma - y nuestras conciencias deben sentirse llamadas a la acción para compartir, como dice el Papa, el afecto por esta tierra reconociéndola como 'sagrada', misterio'. La Iglesia no es indiferente a su destino y al de sus pueblos". Es necesario caminar de la mano en la misión de salvaguardar el planeta y la dignidad de la persona. "Esta tarde hemos subrayado la necesidad de trabajar 'juntos'. La palabra 'juntos' - concluye monseñor Chica Arellano - refleja un estilo de acción que debe consolidarse. Éste es el espíritu del Sínodo".
Adriana Masotti