En la tarde del sábado 25 de mayo, tras dejar la Casa Santa Marta, el Papa Francisco se dirigió en coche al Estadio Olímpico de Roma para el encuentro con los niños con motivo de la primera Jornada Mundial dedicada a ellos (gmb2024), patrocinada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación. Estas fueron las palabras de saludo que el Pontífice dirigió a los cerca de cincuenta mil presentes.
Queridas niñas, queridos niños, chicos y chicas:
¡Lo logramos! ¡Lo logramos! Ha comenzado la aventura de la JMN, la Jornada Mundial de los Niños. Nos hemos reunido aquí en el Estadio Olímpico para dar el “saque inicial” a un movimiento de niñas y niños que quieren construir un mundo de paz, donde todos somos hermanos, un mundo que tiene un futuro, porque queremos cuidar el ambiente que nos rodea. “Hermoso mundo”, dice vuestro canto. ¡Gracias por esto!
En ustedes, niños, todo habla de vida y de futuro. Y la Iglesia, que es madre, los acoge y los acompaña con ternura y con esperanza. El pasado 6 de noviembre tuve la alegría de recibir en el Vaticano a miles de niños de muchas partes del mundo. Ese día trajeron consigo un torrente de alegría; y me hicieron sus preguntas sobre el futuro. Aquel encuentro dejó una marca en mi corazón y comprendí que esa charla con ustedes debía continuar, debía ampliarse a muchos otros niños y adolescentes. Y es por eso que hoy estamos aquí, para seguir dialogando, haciéndonos preguntas y respuestas.
Sé que se entristecen por las guerras. Les pregunto: ¿están tristes por las guerras? [los niños responden]: “¡Sí!” —“¡No los oigo”— “¡Sí!”. Hoy he recibido a niños que han huido de Ucrania que tenían tanto dolor por las guerras. Algunos de ellos estaban heridos. ¿Es la guerra algo hermoso? [los niños responden]: “¡No!”. No se oye. [los niños responden]: “¡No!”. Y la paz, ¿es algo hermoso? [los niños responden]: “¡Sí!”. Me gusta escucharlos decir esto. Les duele que tantos niños de su misma edad no puedan ir a la escuela. Hay niñas y niños que no pueden ir a la escuela. Son realidades que yo también llevo en mi corazón, y rezo por ellos.
Recemos por los niños que no pueden ir a la escuela, por los niños que sufren las guerras, por los niños que no tienen qué comer, por los niños que están enfermos y nadie los cura.
Les hago una pregunta. Escuchen bien. ¿Saben cuál es el lema de esta Jornada Mundial de los Niños? ¿Saben cuál es el lema? El lema es una frase tomada de la Biblia: “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo escucharon? [los niños responden]: “¡Sí!”. “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo decimos juntos? [todos juntos]: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Otra vez: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Este es el lema. Es bellísimo. Piensen: Dios quiere esto, todo lo que no es nuevo pasa. Dios es novedad. Siempre el Señor nos da la novedad.
Queridos niños, sigamos adelante y tengamos alegría. La alegría es salud para el alma.
Queridas niñas y niños, Jesús en el Evangelio ha dicho que Él los quiere mucho. Una pregunta: ¿Jesús los quiere mucho? ¡No se oye! [los niños responden]: “¡Sí!”. Y el diablo, ¿los quiere? [los niños responden]: “¡No!”. ¡Excelente! Ánimo y adelante.
Ahora, todos juntos, rezamos a Mamá, a la Mamá del Cielo.
Ave María
¡Que Dios los bendiga! ¡Que Dios los bendiga!