Son mujeres que han combinado en sus vidas la religión, la política y el arte. Y casi nadie lo reconoce. Seguir el rastro de su memoria olvidada supone descubrir la otra cara de la historia. Como en el caso de la gran reina, Sancha de Aragón, que se movía entre el activismo político y el franciscanismo. Se casó con Roberto De Anjou-Sicilia, o Roberto I de Nápoles, y fundó monasterios ricos y poderosos, como el de Santa Clara, femenino y masculino.
Nina, la hermana del santo doctor Giuseppe Moscati, hoy reposa con su hermano en la iglesia del Gesù. Los pobres lo buscaban para que los curara y a ella para recibir todo tipo de ayuda, porque Nina era los pies y las manos de su famoso hermano. A unos cientos de metros, en San Gregorio Armeno, se encuentra la iglesia donde se conserva la sangre de Santa Patrizia y el monasterio contiguo vinculado a la memoria de otras dos mujeres. La primera, de 1500, es Furia Caracciolo quien relata las dolorosas transformaciones que se produjeron en los monasterios femeninos durante el Concilio de Trento. La otra, de 1800, es Enrichetta Caracciolo, autora de I misteri del chiostro napoletano (Los misterios del claustro napolitano) y figura clave del Renacimiento. Fue obligada a ingresar en el monasterio, pero se escapó y se casó.
Son algunas de las protagonistas del proyecto Destinazione Donna: Itinerari femminili a Napoli (Destino Mujer, recorridos femeninos en Nápoles) concebido por la teóloga Adriana Valerio, delegada diocesana para mujeres. Comprende paseos por monasterios, claustros, catacumbas, iglesias y museos con alguna degustación de dulces típicos ofrecidos por las monjas. Son un grupo de jóvenes las que guían a los grupos. Han sido formadas gracias a otro proyecto diocesano impulsado por la delegada para los laicos, María Pía Mauro, en colaboración con el Ministerio de Universidad e Investigación y la Región de Campania. El proyecto también cuenta con el apoyo del Departamento de Turismo del Municipio de Nápoles.