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Colombia, la oración
de la memoria

 Colombia, l’orazione della memoria   DCM-004
06 abril 2024

“La primera vez, el 22 de abril de 1995, fue una expresión de dolor colectivo. Con ese momento de oración, toda Colombia se unió en torno a las víctimas. Cuando el 2 de junio de 2002 regresamos en peregrinación fue un acto de resurrección que renovamos cada año”. Maritze Trigos, religiosa dominica, activista y poeta, relata así la inédita experiencia de peregrinación promovida por la Asociación de familiares Afavit de la que es fundadora para preservar la memoria de las 342 mujeres y hombres masacrados en Trujillo y pueblos cercanos entre 1986 y 1994 por paramilitares en connivencia con la policía. Durante el conflicto a menudo los escuadrones de la muerte masacraban, con total impunidad, a agricultores decididos a reclamar sus derechos. Estos criminales estaban financiados por financiados por los terratenientes locales. Los campesinos de Trujillo, gracias a la acción evangelizadora del párroco Tiberio Fernández, se organizaron en cooperativas. Por esta “culpa” el sacerdote fue secuestrado y torturado hasta la muerte. Una historia trágica que hizo que los vecinos de estos lugares encontraran la fortaleza suficiente para no dejarse intimidar.

“Fueron las mujeres las que tomaron la iniciativa. Eran la mayoría de los supervivientes. Y fueron también los que más obstinadamente rechazaron la ley del silencio impuesta por los paramilitares. No podían no contar lo que habían vivido. Hablar directamente los habría expuesto a represalias así que elegimos la oración común. Repito, la primera vez fue un gesto espontáneo. A partir de ese momento, junto con otros laicos fui a visitar a todas las familias para entender cómo ayudarlas. Pasaron años hasta que pudieron enfrentarse al horror”, dice la hermana Maritze.

De esta fuerza colectiva surgió la peregrinación. Una oración en movimiento. La oración común acabó desencadenando un proceso de lucha por la memoria y la justicia que llevó a la condena de los cuatro principales culpables. Además, el Estado donó un parque en el que los vecinos construyeron con sus propias manos un museo de la memoria al aire libre. Allí, un día de la segunda mitad del año -la fecha varía- tiene lugar la romería. Alternando poesía y oración, liderados por Maritze y las demás veteranas, los participantes rezan entre los osarios de las 234 víctimas encontradas y las piedras que recuerdan las 14 masacres más feroces de la guerra civil colombiana. Lo más destacado es la Misa. “Celebramos la resurrección. La muerte, como enseña el Evangelio, no prevalece sobre la vida”. (Lucía Capuzzi)