15 marzo 2024
En el silencio ensordecedor de la diplomacia, en un panorama caracterizado por la ausencia cada vez más evidente de iniciativa política y de liderazgo capaz de apostar por la paz, mientras el mundo ha iniciado una loca carrera armamentista asignando a sofisticados instrumentos de muerte sumas que serían suficientes para garantizar dos veces la asistencia sanitaria básica para todos los habitantes de la tierra y reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, la voz solitaria del Papa Francisco sigue pidiendo silenciar las armas e invocar el coraje para favorecer caminos de paz. Continúa pidiendo un alto el fuego en Tierra Santa, donde a la masacre despiadada del 7 de octubre llevada a cabo por los terroristas de Hamas fue seguida y sigue siendo perpetrada por la trágica ...
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