· Ciudad del Vaticano ·

MUJERES IGLESIA MUNDO

4 Preguntas
Respuestas de un franciscano sobre el ejercicio de la autoridad

A propósito
de patriarcado y poder

 A proposito  di patriarcato  e potere  DCM-003
02 marzo 2024

Massimiliano Patassini, sacerdote de los Frailes Menores Conventuales, de 41 años, licenciado en Matemáticas y Bachillerato en Teología, es el director responsable de las seis revistas del grupo “Messaggero di Sant'Antonio”, con sede en la Basílica del Santo de Padua. Le hemos hecho algunas preguntas sobre la cuestión de la mujer en la Iglesia.

¿Qué papel han jugado las mujeres - las que ha conocido, las de su familia- en sus elecciones religiosas?

Sin duda, un papel muy importante. En primer lugar, en la elección de vivir la fe católica. Fueron sobre todo mi madre y mi abuela quienes me enseñaron a rezar y a cultivar una relación de confianza con el Señor. No es que mi padre estuviera ausente, al contrario. Me ayudó sobre todo a comprender la fe, a preguntarme sobre el sentido de lo que estaba experimentando y eligiendo, especialmente en momentos en los que me preguntaba sobre opciones de vida como la de convertirme en sacerdote o fraile.

Una experiencia muy significativa para mí fue compartir una parte del camino de mi vida con una amiga algunos años mayor que yo, con quien nos reuníamos desde hacía algunos años una tarde a la semana para meditar juntos el Evangelio. Fue una oportunidad para conocer una sensibilidad diferente a la mía, crecer en la relación y conocerme mejor en el espejo de la otra. Este camino ha continuado en las amistades femeninas que tengo, relaciones que hay que valorar, respetando las elecciones personales.

Desde el momento en que decidí ingresar al convento, durante toda mi formación inicial, mi madre insistió en que me planteara serias preguntas sobre la elección que estaba haciendo, que ella concebía como un “camino cuesta arriba”. A veces me costaba un poco escucharla, pero me hacía mucho bien cuestionarme seriamente sobre una decisión tan importante, escuchando además una voz diferente a la del entorno que me estaba formando. Poco a poco, al ver mi serenidad al vivir esta elección, mi madre también se tranquilizó y se alegró de lo que estaba viviendo.

Otro paso importante en mi formación fue el tiempo de evaluación psicológica, que hice con una monja. Está claro que estamos hablando de profesionales, pero sentí una sensibilidad diferente a la de mis formadores que sirvió para resaltar más claramente los aspectos fuertes y débiles de mi persona.

Muchos consideran que la Iglesia es una institución patriarcal. ¿Cree que es una valoración justa?

En la estructura jerárquica de la Iglesia católica actualmente encontramos solo hombres, ya que esta estructura está vinculada al sacramento del orden (obispos, presbíteros y diáconos). El ejercicio de la autoridad debe vivirse no como un control sobre los demás, sino como un servicio. Sin embargo, es siempre el ejercicio de un poder que está sobre todo en manos de los hombres. ¿Es esto justo? Si entendemos a la Iglesia como una institución social, la esperanza sería una mayor igualdad de presencia en los puestos dirigenciales. Sin embargo, la Iglesia no es solo una institución social, sino que también tiene una dimensión teológica; no es solo una realidad humana a nuestra disposición, sino que tiene un aspecto divino. Por tanto, la reflexión debería hacerse también en estos términos.

¿Cree que en estos años la relación de la Iglesia con las mujeres ha cambiado?, ¿cómo lo habría hecho?

Me parece que se presta mayor atención a escuchar y valorar las experiencias, pensamientos y capacidades de cada bautizado, sea hombre o mujer. También me parece una señal positiva la progresiva inclusión de figuras femeninas en los Dicasterios de la Curia romana u otros órganos de la Iglesia. Un ámbito que me parece especialmente significativo es el teológico. La contribución femenina en los estudios teológicos es importante, porque los destinatarios de la revelación son todos los seres humanos. El hecho de que la teología sea prerrogativa solo de los hombres es restrictivo, no tanto en lo que respecta a las cuestiones más puramente femeninas, sino porque en todos los ámbitos es importante tener una visión que capte también la sensibilidad femenina. Creo que es importante que en este ámbito colaboremos más, caminemos juntos más frecuentemente.

¿Qué papel pueden tener las mujeres en la Iglesia de hoy?

En primer lugar, creo que cada persona en la Iglesia tiene un papel fundamental como cristiano y ese es el de anunciar el Evangelio, que es el mandato que Jesús dio a todos sus discípulos. Esto se hace, ante todo, con el testimonio de la propia vida independientemente del puesto que se ocupe. Nunca han faltado testimonios de mujeres que así lo han hecho. Hablamos mucho de corresponsabilidad y lo entendemos en referencia al acceso a roles de gobierno en la estructura eclesial, pero la primera corresponsabilidad es la que proviene del mandato de Cristo de anunciar el Evangelio.

Evidentemente un aspecto importante es una mayor participación en el servicio de la autoridad en la Iglesia. No sé cómo se puede lograr, dado que la Iglesia no es solo una realidad humana, sino que hay una dimensión teológica que el creyente no puede olvidar. No es solo una realidad social de la que podemos disponer como queramos. Por eso, es importante una investigación teológica seria y abierta en este campo, más allá de ideologías y dogmatismos, que sea capaz de redescubrir cómo resuena hoy la Palabra de Dios.