La presencia de las mujeres en la Iglesia primitiva

Rosanna Virgili, «Atti degli Apostoli, Lettere cattoliche, Ebrei e Apocalisse», Ancora

Me regaló esta obra una de las autoras, Annalisa Guida, (editora de los Hechos de los Apóstoles). En el volumen también han trabajado Rosalba Manes, Elena Bosetti, Marida Nicolaci y Cloe Taddei Ferretti. Es la tercera de una obra que pretende abarcar el Nuevo Testamento y que completa a las dos ya publicadas, dedicadas a los cuatro Evangelios y a las Cartas de Pablo. Como ocurre con los demás volúmenes, la traducción del texto corre a cargo de distintas expertas y el comentario, aunque ha sido diseñado para facilitar su difusión, se basa en normas exegéticas y científicas.

También se subraya en los comentarios la presencia de mujeres o su ausencia, como ocurre en algunas Cartas. El discurso final de Rosanna Virgili sostiene que la Iglesia es mujer. Eb primer lugar, por la presencia de las mujeres en la iglesia primitiva. Porque la casa donde Pedro elige quedarse después de su encarcelamiento es la de María, madre de Juan. Porque la primera Iglesia europea en Filipos es la casa de Lidia que acogió a Pablo; y porque la Iglesia de Corinto, piedra angular de la eclesiología paulina, se apoya sobre dos columnas, pero en particular sobre Priscila.

Rosa Lupoli es una religiosa capuchina de Nápoles, abadesa del monasterio de Santa María de Jerusalén, o también llamado “De las treinta y tres”, fundado por la beata María Lorenza Longo.

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