· Ciudad del Vaticano ·

Presentado el Año de Oración

En el horizonte espiritual

26 enero 2024

El Papa Francisco, en el Ángelus del pasado domingo 21 de enero, inauguró oficialmente el Año de la Oración: un tiempo de preparación para el Jubileo de 2025, durante el cual «deberá emerger más el horizonte espiritual del evento jubilar que va mucho más allá de cualquier forma necesaria y urgente de organización estructural». Lo ha subrayado el arzobispo Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización - Sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo, al reunirse el día 23 de enero con los periodistas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, actualmente en via dell'Ospedale 1.

Al presentar las iniciativas organizadas por el Dicasterio para este año especial, el prelado subrayó que para que el Jubileo sea «un evento espiritualmente» enriquecedor para «la vida de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios, convirtiéndose en un signo concreto de esperanza», es necesario que «se prepare y viva con ese espíritu de espera típico de la esperanza cristiana». En este sentido, el Año de la Oración corresponde «plenamente a esta exigencia». No se trata, explicó, de un evento con iniciativas particulares; más bien, «de un momento privilegiado en el que redescubrir el valor de la oración, la exigencia de la oración cotidiana en la vida cristiana», prestando atención a «cómo rezar, y sobre todo cómo educar para rezar hoy, en la época de la cultura digital, para que la oración pueda ser eficaz y fecunda».

No se puede ocultar, observó Fisichella, que estos años «manifiestan una profunda exigencia de espiritualidad». En este sentido, el prelado señaló que ninguna estadística podría «responder con cifras y porcentajes correctos a este momento tan íntimo» de la gente que vive «la pluriformidad de la oración como un momento totalmente personal». Por otra parte, hay una amplia gama de formas de orar que nadie puede describir completamente: de hecho, la oración no se deja atrapar en un patrón preestablecido porque es la relación personal del creyente con Dios mismo dentro de esa relación íntima y exclusiva lo que distingue a la fe. Y el Año de la oración, por tanto, se inserta «en este contexto para favorecer la relación con el Señor y ofrecer momentos de genuino descanso espiritual». Un oasis «al abrigo del estrés cotidiano», donde la oración «se convierte en alimento para la vida cristiana de fe, esperanza y caridad». El Dicasterio ha preparado una serie de instrumentos y subsidios que acompañarán los próximos meses y que «pueden constituir una “sinfonía” de la oración de la que la comunidad cristiana y los creyentes individuales puedan servirse», añadió el arzobispo, precisando que no será un Año destinado «a obstaculizar las iniciativas de cada Iglesia local»; más bien se presenta como «un período en el que cada iniciativa programada se apoya de manera efectiva precisamente porque pone como fundamento la oración». Por lo tanto, no habrá «iniciativas particulares, sino más bien propuestas para que la oración de la Iglesia vuelva a vigorizar y liberar la vida de cada bautizado».

El prelado ilustró algunas herramientas que pueden acompañar la meditación y la lectura. En primer lugar, las 38 catequesis impartidas por el Papa Francisco del 6 de mayo de 2020 al 16 de junio de 2021: reflexiones que «tienen en cuenta varios momentos de la oración y podrán ser releídas adquiriendo sugerencias útiles y preciosas», precisó. Otra iniciativa es una colección de ocho volúmenes titulada Notas sobre la oración. En este sentido, monseñor Graham Bell, subsecretario encargado de la secretaría del Dicasterio para la Evangelización - Sección para las cuestiones fundamentales de la evangelización en el mundo, explicó en detalle la iniciativa. La Librería Editorial Vaticana publica una serie de pequeños textos que profundizan en las «dimensiones del acto cristiano de rezar». Los firman autores y autoras de renombre internacional». La colección editada por el propio Dicasterio se pone a disposición de las diversas Conferencias Episcopales como subsidio útil para entrar más en la inteligencia de la oración.

El primer libro “Rezar hoy”. Un desafío que hay que vencer, explicó Bell, destaca figuras que han testimoniado la fecundidad de la oración como Teresa de Lisieux, Francisco de Asís y Teresa de Calcuta. Los otros textos de la colección son: Orar con los Salmos de Gianfranco Ravasi y La oración de Jesús de Juan López Vergara (salida en febrero), Orar con santos y pecadores del dominico Paul Murray, Las parábolas de la oración de Antonio Pitta y La Iglesia en oración a cargo de monjes cartujos (marzo), La oración de María y de los santos de Catherine Aubin y La oración que Jesús nos enseñó: «Padre nuestro» de Ugo Vanni (abril).

El arzobispo Fisichella destacó luego que también se ofrecen subsidios que reproducen las diversas expresiones de la oración en comunidad, en familia, para los sacerdotes, las monjas de clausura, los santuarios, los jóvenes; finalmente anunció que el Papa mismo establecerá una “escuela de oración” hecha de momentos de encuentro con diferentes categorías de personas “para orar juntos y comprender algunas formas de oración: acción de gracias, intercesión; contemplativa, de consuelo; de adoración, de súplica”.