La Samaritana
de Angelika Kauffman

Su precoz talento artístico fue reconocido por su padre, también pintor, quien educó a la joven Angelika y con la que viajó por toda Europa. En Roma, donde la pintora se instaló en 1782, su taller se convirtió en el destino favorito de los amantes y conocedores del arte en la época del Grand Tour, incluido Goethe. El encuentro entre Cristo y la mujer de Samaria, uno de los pocos cuadros religiosos de la artista, es representado por Kauffman en un primer plano, con las figuras invadiendo casi por completo el espacio del lienzo. Dentro de la composición equilibrada y clara, el tono del diálogo resulta íntimo.

Angelika Kauffman | Cristo y la samaritana | 1796 | óleo sobre tela 123,5 x 158,5 cm | Neue Pinakothek | Múnich (Alemania)