
22 diciembre 2023
Con el cardenal Eduardo Francisco Pironio —que ha sido beatificado en Luján, Argentina, durante una celebración presidida, en nombre del Papa, por el cardenal Fernando Vérgez Alzaga— tuve una larga e intensa relación desde 1976 hasta su muerte, en 1998. De su persona pude admirar las profundas raíces y las amplias alas.
Nutrió y elevó; ayudó a soñar y a comprometerse. También para mí ha sido un verdadero padre, hermano y amigo. Y, a la vez, un maestro espiritual en el que operaban los siete dones del Espíritu Santo.
He apreciado y admiro mucho su sabiduría, sus consejos, su fuerza y su piedad. No en vano se consideraba formado por el Espíritu y María. Por eso se había convertido en un faro luminoso y en una guía ...
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