· Ciudad del Vaticano ·

Los cardenales Grech y Hollerich escriben a los obispos de todo el mundo explicando las etapas de trabajo de cara a la asamblea del próximo año

Por una Iglesia sinodal y misionera

 Por una Iglesia sinodal y misionera  SPA-050
15 diciembre 2023

El trabajo del Sínodo sobre la sinodalidad continúa en vista de la sesión de clausura de octubre de 2024. Las Iglesias están llamadas a reflexionar sobre el documento de síntesis publicado el pasado mes de octubre, a promover una mayor consulta y a preparar las contribuciones para los trabajos del próximo año. Los obispos de todo el mundo han recibido en estas horas un documento de cuatro páginas de la Secretaría General del Sínodo, acompañado de una carta de los cardenales Mario Grech, secretario general, y Jean-Claude Hollerich, relator general.

En el documento se subraya ante todo la importancia de la experiencia vivida por los miembros del Sínodo, recordando que «su relato puede transmitir la riqueza de una experiencia que ningún texto puede condensar y que, en cambio, constituye una parte irrenunciable del don que hemos recibido». Por lo tanto, se explica que el proceso sinodal continuará a lo largo de algunas directrices. Se especifica, citando palabras pronunciadas por el Papa Francisco al aprobar este documento, que «el Sínodo es sobre la sinodalidad y no sobre este o aquel tema... Lo importante es cómo se hace la reflexión, es decir, de modo sinodal».

Con respecto a los temas individuales que han surgido hasta ahora, el documento subraya que algunos de estos «requieren ser tratados a nivel de toda la Iglesia y en colaboración con los dicasterios de la Curia romana, como, por ejemplo, el estudio preliminar con vistas a la actualización» del Código de Derecho Canónico, de la Ratio fundamentalis sobre la formación de los ministros ordenados o la profundización de la investigación teológica y pastoral sobre el diaconado y el acceso de las mujeres al diaconado. «Como fruto del trabajo de una Asamblea sinodal, se presentará al Santo Padre una lista de estos temas. Sobre los que él indique, serán llamados a trabajar de modo sinodal grupos de expertos de todos los continentes, con la participación de los Dicasterios competentes de la Curia romana, en un dinamismo eclesial coordinado por la Secretaría general del Sínodo». En la sesión de octubre de 2024 se presentará un informe sobre el avance de estos trabajos.

La pregunta fundamental indicada para continuar los trabajos es esta: «¿Cómo ser Iglesia sinodal en misión?». El objetivo es identificar los caminos a seguir y los instrumentos a adoptar para «valorizar la originalidad de cada bautizado y de cada Iglesia en la única misión de anunciar al Señor resucitado y su Evangelio al mundo de hoy». Por lo tanto, no se trata —se lee en el documento— de limitarse «al plano de las mejoras técnicas o procedimentales que hagan más eficientes las estructuras de la Iglesia, sino de trabajar sobre las formas concretas del compromiso misionero al que estamos llamados, en el dinamismo entre unidad y diversidad propio de una Iglesia sinodal».

A este respecto se cita el número 27 de Evangelii gaudium, texto programático del pontificado: «Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras…». La pregunta guía se abordará en dos niveles, siempre teniendo como referencia la relación de síntesis. A nivel de Iglesias locales, ¿cómo valorar la corresponsabilidad diferenciada en la misión de todos los miembros del Pueblo de Dios? ¿Qué modalidades de relación, estructuras, procesos de discernimiento y decisión en relación con la misión permiten reconocerla, darle forma, promoverla? ¿Qué ministerios y organismos de participación se pueden renovar o introducir para expresar mejor esta corresponsabilidad? Mientras que a nivel de las relaciones entre Iglesias y de la relación con el Obispo de Roma, cómo «articular creativamente estas relaciones para encontrar un equilibrio dinámico entre la dimensión de la Iglesia en su conjunto y su arraigo local». A partir de la pregunta guía y de los dos niveles que acabamos de indicar, se invita a cada Iglesia local a realizar una consulta adicional.

No se trata, sin embargo, explica el documento, «de reiniciar desde cero o repetir el proceso de escucha y consulta que caracterizó la primera fase. En esta etapa, además de los organismos de participación a nivel diocesano y del equipo sinodal ya establecido, será importante involucrar a personas y grupos que expresan una variedad de experiencias, habilidades, carismas, ministerios dentro del Pueblo de Dios y cuyo punto de vista es de particular ayuda para enfocar el “cómo”». Se invita a implicar a expertos teólogos y canonistas, e instituciones académicas presentes en el territorio.

Después de haber recogido las contribuciones de las diócesis, las Conferencias Episcopales «tienen la tarea de elaborar un resumen de una longitud máxima de 8 páginas, que se enviará a la Secretaría General del Sínodo antes del 15 de mayo de 2024. Sobre la base del material así recogido se procederá a la redacción» del nuevo Instrumentum laboris. Se invita también a las Iglesias locales «a recorrer toda la relación de síntesis y a recoger las tensiones» más consonantes con su situación. Sobre esta base, «podrán promover las iniciativas más oportunas para involucrar a todo el pueblo de Dios (actividades formativas, profundizaciones teológicas, celebraciones de estilo sinodal, consultas de la base, escucha de poblaciones minoritarias y grupos que viven en condiciones de pobreza y marginalidad social, espacios en los que afrontar las cuestiones controvertidas, etc.)». Cada Iglesia local que lo desee podrá transmitir a la Conferencia Episcopal «un breve testimonio del trabajo realizado y de las experiencias vividas (máximo dos páginas), compartiendo una buena práctica que considera significativa para hacer crecer un dinamismo sinodal misionero».

Por último, el documento pide a las Conferencias Episcopales que acompañen este proceso y se ocupen de la profundización de la demanda guía también a nivel de las agrupaciones de Iglesias, para elaborar la síntesis de las contribuciones recibidas o producidas. Y respecto al compromiso de mantener vivo el dinamismo sinodal, se pide a las Conferencias Episcopales que continúen promoviendo iniciativas para crecer como Iglesia sinodal en misión también a nivel de las agrupaciones de Iglesias; que recojan los testimonios y las buenas prácticas y los hagan llegar todos, sin sintetizarlos, a la Secretaría General del Sínodo, siempre antes del 15 de mayo.