Los caminos de Suzan y Josephine

Las huellas de las madres en Sudán del Sur, de sus largas y agotadoras horas de viaje, en busca de un espacio para traer al mundo a sus hijos, se reconocen en la tierra roja de la sabana. Ni el viento más fuerte, ni la guerra pasada, llegan a borrarlas.

Entre ellas está el rastro de Suzan, que tiene poco más de veinte años. Su perfil dulce y espigado va acompañado del silencio más reservado. Poco a poco en su rostro se dibuja una sonrisa. Suzan está a punto de tener un bebé. La conozco gracias a la organización Médicos con África CUAMM a través de una serie de encuentros virtuales. Su historia, como muchas otras historias de mujeres jóvenes en camino, nos habla de las dificultades de un país donde hoy la mortalidad materna es de 789 mujeres por cada 100.000 nacidos vivos, la mortalidad neonatal es de 60 por cada 1.000 nacidos vivos y la de niños menores de 5 años es de 93 por 1.000.

Sudán del Sur es uno de los estados más jóvenes del mundo, pero debido a una dolorosa paradoja, también es uno de esos territorios donde nacer ahora es una hazaña y morir joven es una triste rutina provocada por las muchas cuestiones críticas que afligen a su pueblo. Suzan vive en un pueblo no lejos de Lui, en el condado de Mundri Est, en el suroeste de Sudán del Sur, un rincón del planeta que difícilmente se llega a encontrar pese a las coordenadas satelitales. Cuando intentas encontrar una forma de diálogo con ella, comprendes inmediatamente que las palabras no son su lenguaje, sino que lo es una gramática de miradas. Y luego está su fuerza. La fuerza muscular y sentimental con la que, caminando sin parar, ha buscado no solo un hospital, sino un refugio para la niña que está por nacer.

Se llamará Josephine, pero antes de que vea la luz lo único que importa son los kilómetros que le quedan por recorrer. Kilómetros de día y de noche, en unos pasos rabiosos consumidos por el hambre entre un calor furioso. Suzan, como si no tuviera cuerpo, equipada solo con una botella de plástico que cada vez contiene menos agua, lleva un ritmo inquebrantable. Así descubrimos entonces lo que realmente significa ser madre. Significa resistir y amar sin cesar contra las propias fuerzas. Significa seguir adelante.

CUAMM está presente en el país desde 2006 y, a pesar de la inestabilidad política y las grandes brechas socioeconómicas, nunca deja de llegar a mujeres como ella y a muchas otras madres jóvenes. En Lui hay un hospital que atiende a más de 145.000 personas, con distintos tipos de servicios que llegan, además de a los territorios vecinos, también a otras zonas limítrofes en una región donde todo parece inaccesible. Suzan, al final de todo el recorrido, llega hasta allí. Durante todo este tiempo siempre ha estado sola. Nunca ha tenido a un marido o compañero a su lado. Su tenacidad está alimentada por el motor de su soledad Cuando llegó al hospital -nunca lo olvidaré- no dejaba de mirar a todas partes. Era como una estrella en todo su esplendor en una órbita que nunca le había pertenecido.

Siendo testigos del fenómeno, nos aferramos fuertemente a esta idea de maternidad como viaje en una migración de vida en vida, donde todo es posible. No es solo una película, la nuestra, que rodamos cerca de montañas sin nombre y sabana nunca vista. No, la vida de Suzan y Josephine es algo que fluye más allá de todos los límites. Es el misterio de la existencia cuando se revela. Es la urgencia de un significado que todos admiramos como el mayor prodigio capaz siempre de repetirse. Al primer grito de Josephine, después de haber sobrevivido decenas y decenas de kilómetros sin descanso, comprendemos que realmente todo puede ser posible. Hemos tenido mucha suerte por presenciarlo y poder contarlo.

de Giuseppe Carrieri
Director y docente universitario

Canciones de cuna en tiempos de guerra

Sola, equipada solo con una pala y un pequeño montón de semillas, Suzan, en el último mes de embarazo, se propone llegar al primer hospital que le permitirá dar a luz a la niña que lleva en su seno. A lo largo de caminos desconocidos en el rincón más remoto de Sudán del Sur, sus huellas quedan impresas en el polvo, en la espera infinita de que alguien finalmente se fije en ella.

Es uno de los cuatro episodios de “Canciones de cuna en tiempos de guerra”, una miniserie que trae consigo las heridas de una humanidad a veces olvidada. Firmada por el director Giuseppe Carrieri, se emite en diciembre por Tv2000, la televisión de la CEI, la Conferencia Episcopal Italiana. El director cuenta cómo nació el episodio titulado “Suzan”, el viaje de una mujer embarazada que recorre kilómetros en Sudán del Sur para dar a luz a su hija en el hospital de CUAMM.